Années
1981
Dates des apparitions de
Jésus et Marie :
1er mai
1981
Premier message de la Très Sainte Vierge Marie (la mère de Jésus) Le 1er mai 1981, premier vendredi du mois, Amparo reçut ce premier message de la Vierge dans son appartement, la nuit, à son retour de Cortés, le jour même : Ma fille, ne cessez
pas de réciter le saint rosaire.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 1 DE MAYO DE 1981 [1]EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL (MADRID) (Estando en casa, de noche, mientras hace sus oraciones habituales, Luz Amparo ve a la Virgen vestida de Dolorosa, con manto negro y capucha que le cubre la cabeza, debajo: un velo blanco. Aparece de rodillas, con las mejillas surcadas por las lágrimas; lleva dos velas, una en cada mano, y pide por la paz del mundo. Aparenta unos diecinueve o veinte años, con una cara bellísima, aunque la mira con mucha tristeza). LA VIRGEN:
Hija mía, el santo Rosario rezado con devoción tiene mucho poder; os pido muy poquito: que recéis, que con vuestra oración y penitencia nos ayudaréis a mi Hijo y a mí a salvar muchas almas que están errantes, esperando que alguien las salve. Yo me he manifestado en muchos sitios, pero están vacíos y no quieren saber nada, y si no me escuchan, en España habrá otra guerra y la Iglesia española padecerá. Rezad mucho y haced mucha penitencia, para que todos os salvéis. Os quiero a todos, porque todos sois hijos míos. Hay que ser más constantes en recibir la Sagrada Eucaristía; es muy importante comulgar los primeros viernes de mes con mucha devoción y pedir para que todos los sacerdotes sean buenos católicos, y con sus buenos ejemplos el Espíritu Santo los ilumine para servir a Dios y amar al prójimo, y que colaboren en salvar almas... Haced oración, y diles que hagan mucho sacrificio, que cuanto más sufráis y más sacrificios hagáis más os amo; porque así me ayudáis a sufrir y a pedir por tantos pecadores que tanto lo necesitan. [1] No existe grabación en audio de este mensaje; fue comunicado después por Luz Amparo. Cf. o. c., nº 1, p. 2. |
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10 mai 1981 Second message de la Très Sainte Vierge Dimanche 10 mai 1981, chez Julia et Miguel : Ma fille, dis à tous mes enfants qu'ils respectent très bien le message que je leur ai donné de prier le saint rosaire, mais ils doivent s'approcher davantage de l'Eucharistie [la messe] car beaucoup d'entre eux ne l'ont pas fait. Qu'ils communient les premiers vendredis du mois et que tous ceux qui communient ce jour-là prient pour l'Eglise catholique afin que les chrétiens soient plus unis. Le péché d'impureté
[= le péché en matière de sexualité] offense
beaucoup le Seigneur. Soyez très humbles car l'orgueil ferme
les portes du Ciel. Persévérez car je suis très contente
de vous et intercédez pour les prêtres afin qu'ils soient
de bons fils de Dieu.
Approchez-vous davantage de l'Eucharistie
[la messe]. Soyez assidus à recevoir le corps de Jésus. Priez
pour la paix en Espagne, particulièrement pour le pays basque.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 10 DE MAYO DE 1981
Me ha dicho la Virgen —comenta Luz Amparo—: “Hija mía, diles a todos mis hijos que están cumpliendo muy bien con el mensaje que les he dado de rezar el santo Rosario, pero que se tienen que acercar más a la Eucaristía, que muchos de ellos no lo han cumplido; que comulguen los primeros viernes de mes, que todos los que comulguen en este día pidan por la Iglesia Católica, para que todos los cristianos estén más unidos”. El pecado de impureza ofende mucho al Señor, que seamos muy humildes, que la soberbia cierra las puertas del Cielo, que sigamos perseverando, que está muy contenta con nosotros, que pidamos por los sacerdotes, para que sean buenos hijos de Dios. “Acercaos más a la Eucaristía, sed constantes en recibir el Cuerpo de Jesús; pedid por la paz de España, especialmente por el País Vasco”. [1] De este mensaje no hay grabación
en audio; fue la misma Luz Amparo quien lo comunicó después.
Lo que está entrecomillado parece más literal. Cf. o. c.,
nº 1, p. 3.
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14
juin 1981
Troisième message de la Très
Sainte Vierge
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 14 DE JUNIO DE 1981,
DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
(Aquel día
estaban en el huerto que cultivaban, y que era propiedad del Ayuntamiento
de El Escorial [Madrid], Luz Amparo Cuevas Arteseros y varios miembros
de su familia; habían terminado de almorzar. Algunos regresaron
a su domicilio; cuatro del grupo inicial decidieron ir a fregar los utensilios
usados a la finca contigua de “Prado Nuevo”, donde había agua de
una fuente. Se acercaron Luz Amparo, su esposo Nicasio, el hijo de ambos:
Pedro, y Marcos, amigo de la familia. Una vez en el lugar, mientras estaban
en la fuente-pilón, es cuando Luz Amparo se siente atraída,
por una fuerza misteriosa, hacia un fresno situado a pocos metros. Enseguida,
comienza a percibirse un intenso aroma a rosas e incienso, y observan con
extrañeza una especie de nube blanca algodonosa, que surge de aquel
árbol y se va difuminando sobre la copa del mismo. Allí se
para Luz Amparo, cae bruscamente de rodillas y se golpea contra una roca.
En esa postura permanece rígida e inmóvil alrededor de media
hora. Durante ese espacio de tiempo, ve aparecer a la santísima
Virgen sobre la nube, cuya figura se va formando gradualmente hasta contemplarla
con una belleza tan sublime que los pinceles son incapaces de plasmar.
Viene ataviada con una túnica granate, un manto negro que la cubre
sin ceñirse a la cabeza; debajo: un velo de encaje blanco. Unas
lágrimas silenciosas surcan las mejillas de esa faz, que refleja
pena, sin dejar, a pesar de ello, de transmitir una dulzura infinita. En
esos instantes, le es comunicado el siguiente trascendental mensaje).
LA VIRGEN: Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar (señala con la mano la ubicación) una capilla en honor a mi nombre. Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está completamente olvidada. Si hacen lo que yo digo, habrá curaciones. Este agua curará (se refiere a la que mana de la fuente que allí se encuentra). Todo el que venga a rezar aquí diariamente el santo Rosario, será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración. [1] No existe grabación en audio
de este mensaje; fue Luz Amparo quien comunicó su contenido.
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6
juillet 1981
Jésus :
Je vous demande de ne pas la faire souffrir.
Croyez en elle, car elle vous ouvrira les portes du Ciel; et qu'elle ôte
ce manteau de Vierge Douloureuse pour revêtir le manteau blanc.
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MENSAJE DEL DÍA 6 DE JULIO DE 1981
EL SEÑOR:
Os pido que no la hagáis sufrir. Creed en Ella, que Ella os abrirá las puertas del Cielo, y que se quite ese manto de Dolorosa y se ponga el manto blanco. Con vuestra oración, vuestra penitencia, pedid mucho por los que no creen, que el tiempo del Castigo está muy cerca; los tiempos son muy graves. Diles a todos que recen mucho el santo Rosario, para que se aplaque la ira de Dios Padre. Los que estén con Dios y la santísima Virgen, que no tengan miedo, pero para los que no quieran estar en gracia de Dios será espantoso. [1] No existe grabación en audio
de este mensaje; Luz Amparo lo transmitió más tarde. Cf.
o. c., nº 1, p. 5.
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28
juillet 1981
La Sainte Vierge: Ma fille, dis-leur à
tous que, s'ils n'écoutent pas ce que Je leur dis, le monde connaîtra
un châtiment comme il n'y en a jamais eu auparavant et en premier
lieu, il tombera sur l'Espagne.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 28 DE JULIO DE 1981
LA VIRGEN: Hija mía, diles a todos que, si no escuchan lo que les digo, en el mundo habrá un castigo como jamás se ha visto, y antes que en ningún sitio será en España. Diles que se acerquen a la Eucaristía, que recen el santo Rosario todos los días con mucha devoción; que comulguen los primeros viernes de mes, que todos los que lo hagan con devoción se salvarán. Pedid por los sacerdotes y religiosos, que mi Hijo lleva una cruz muy pesada por todos los que no cumplen con Dios; ayudadle a descargarse esa cruz que lleva constantemente. Pedid por los incrédulos. El Castigo está muy cerca; diles que me escuchen, que quiero que se salven todos; que a todos los quiero y mi Corazón sangra de dolor por todos. Haced penitencia y oración. [1] No existe grabación en audio de este mensaje; fue comunicado más tarde por Luz Amparo. Cf. o. c., nº 1, p. 6. |
Pas d'apparition à Luz Amparo en
août 1981, Marie-Georges Etcheverry n'en connait pas la raison, Amparo
était peut-être malade (23/9/2016).
La Sainte Vierge: Ma fille, demande à
tous de prier beaucoup pour mon fils bien-aimé le Pape Jean-Paul
II et pour la paix en Espagne. Si l'Espagne ne change pas, elle sera châtiée.
Dis-leur d'être prêts car je viendrai chercher mes élus et l'ennemis les siens. En ce jour proche, je serai avec mon Fils et mes anges. Ma fille, offre ces douleurs des plaies, pour que beaucoup d'âmes soient sauvées. Unis tes douleurs aux miennes pour sauver le monde. retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 8 DE SEPTIEMBRE
DE 1981 (1)
LA VIRGEN: Hija mía, pide a todos que recen mucho por mi amado hijo, el papa Juan Pablo II, y por la paz de España. Como no cambie España, será castigada. Da este mensaje cuanto antes, para que se llame al orden a todos los culpables, para que todos se arrepientan antes de que llegue la hora del Castigo. Diles que estén preparados, que yo vendré a por mis escogidos y el enemigo vendrá a por los suyos. Ese día cercano estaré con mi Hijo y mis ángeles. Hija mía, ofrece esos dolores de las llagas para que se salven muchas almas. Une tus dolores a los míos para salvar el mundo. [1] No existe grabación en audio
de este mensaje; Luz Amparo lo comunicó después. Cf. o.c.,
nº 1, pp. 6-7.
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25
septembre 1981
Premier message donné par Jésus
et par Marie
Par l'oraison on peut calmer la juste et divine colère de Dieu le Père. Toi, ma fille, tu vas beaucoup souffrir
mais J'ai souffert Moi aussi pour vous tous;
La troisième Demeure s'appellera
Bethléem. Pour parvenir à cette Demeure, il faut prendre
sa croix, même si elle pèse; Je vous aiderai à la porter.
Ne nous déçois pas, ma fille. Je viendrai chercher les choisis.
Je te le répète: ne nous déçois pas, lutte
contre l'ennemi.
Je te le répète: dis à tous qu'ils viennent à Moi car Je suis le père du fils prodigue... Souffre, ma fille... Au revoir (et) accomplis la mission que Je t'ai confiée. » La Très
Sainte Vierge :
La quatrième Demeure est prête
pour la lutte. À ces moments-là Élie et Enoch manifesteront
leur présence et feront de grands prodiges afin que les ennemis
de mon Fils se repentent et reviennent à Dieu.
Je vous lance un appel, mes enfants,
prenez la croix et suivez mon Fils car mon Fils est très fatigué
: soulagez-Le en l'aidant à porter la croix. Soyez constants
en oraison et faites des sacrifices.
Le Châtiment aura lieu le...(date
non divulguée par Amparo tant qu'elle n'a pas du Ciel la permission
et l'injonction de le faire). Les Demeures de mon
fils sont presque vides; celles de l'ennemi sont combles.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 25 DE SEPTIEMBRE
DE 1981 (1)
EL SEÑOR: Anuncia, hija mía, que soy como el padre del hijo pródigo, que todo el que venga a mí estará salvado, que yo estoy esperando con los brazos abiertos. Estoy muy triste. Diles que las trompetas están a punto de sonar. ¡Pobre del que no esté preparado cuando oiga estos sonidos! En 1983 aumentarán los castigos: habrá grandes terremotos, grandes sequías, enfermedades que causarán la muerte. Rezad, hijos míos, y poneos a bien con Dios; con la oración se puede calmar la justa y divina ira de Dios Padre. Tú, hija mía, vas a sufrir mucho, pero también sufrí yo por todos vosotros; es importante sufrir, sufriendo se alcanza el Reino de Dios. Di lo que yo decía: “Padre, hágase tu voluntad y no la mía”. La voluntad de mi Padre era que derramara hasta la última gota de mi Sangre, y la derramé por todos vosotros. La tercera morada se llamará Belén. Antes de llegar a esta morada hay que coger la cruz, aunque sea pesada; yo os ayudaré a llevarla. Hija mía, no nos defraudes. Yo vendré a por los escogidos. Te repito: no nos defraudes, lucha contra el enemigo. Yo soy el Alfa y Omega, el que crea en mí tendrá el Reino de los Cielos. Llevo una cruz a cuestas, para que Dios Padre derrame su divina misericordia sobre toda la Humanidad. Te repito: diles
a todos que vengan a mí, que soy como el padre del hijo pródigo.
Sufre, hija mía. Adiós, cumple con la misión que te
he encomendado.
LA VIRGEN: No hagas caso de los avisos terrenos, hija mía, pueden confundirte; haz caso a tu director espiritual. Hija mía, sigue con el rebaño de mi Hijo, lucha contra el enemigo; mi Hijo está muy contento, has devuelto muchas ovejas al rebaño. Sufre, hija mía, extiende los brazos como mi Hijo los extendió en la Cruz para salvar a la Humanidad. Sigue luchando, tu camino es el sufrimiento. Los escogidos, hija mía, volverán al Edén del Paraíso. Yo vendré con mi Hijo a por los escogidos. Coge esa cruz, hija mía, póntela sobre la espalda y sigue a mi Hijo, como yo le seguí hasta la Cruz con mi Corazón traspasado de dolor y con mi Hijo sufriendo para salvar a la Humanidad; mientras tanto, la mayor parte de la Humanidad, de fiesta. ¡Qué ingratos!, en el abismo del Infierno mi Hijo no tendrá compasión de ellos. Los escogidos se verán en el Paraíso del amor y la felicidad. Mis ángeles lucharán contra el enemigo, será una gran guerra en el aire. La lucha está cerca. Mi Corazón estará traspasado de ver cómo a muchos de mis hijos se los llevan al fondo del abismo, pero ya no puedo más, no puedo sujetar el brazo de mi Hijo. Muchos morirán a manos del enemigo, el reinado del enemigo no durará mucho. Lucharán los hijos con los padres, las nueras con las suegras, y hermanos contra hermanos. Morirán muchos inocentes; yo los esperaré en mi morada. Las moradas están preparadas para los escogidos; los calabozos del Infierno también están preparados. La lucha os parecerá muy larga; entonces el enemigo será vencedor. Habrá tres días de oscuridad; el Sol se oscurecerá y la Luna dará una luz muy tenue. Los verdaderos hijos de Dios seguirán con la oración y no olvidándose de Dios; serán días terribles. En esos momentos se conocerán los verdaderos imitadores de Cristo. No desenvainéis vuestra espada; pensad que Dios dice: “Quien a hierro mata, a hierro muere”. Oración es lo que pido, con la oración os salvaréis. La cuarta morada está preparada para la lucha; en esos momentos, Elías y Henoc harán su presencia y harán grandes prodigios, para que los enemigos de mi Hijo se arrepientan y vuelvan a Dios. Hija mía, hay que sembrar para recoger; cuando te presentes ante mi Hijo no vayas con las manos vacías, alarga los brazos, que yo estaré allí para recogerte. Las almas necesitan mucho; no os dejéis vencer por el enemigo, que lo tenéis muy cerca. A mi Hijo se le conocerá por la cruz que llevan las naves celestiales. Cuando esto vaya a suceder, los niños verán y los ancianos soñarán. Os hago un llamamiento, hijos míos: coged la cruz y seguid a mi Hijo, que mi Hijo está muy cansado, ayudadle a descargarse la Cruz. Sed constantes en la oración y haced sacrificios. Elías y Henoc, testigos de Jesús, serán muy eficaces para la conversión de la Humanidad, serán dados a muerte y después de acontecida esta muerte, habrá un gran milagro, hija mía; eso está escrito: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga. El que tenga sed que acuda a mi Hijo, que Él es la fuente de la vida. El que esté cargado que acuda a mi Hijo, que Él lo descargará. Venid a mi Hijo, que Él os llevará a la morada de la vida. En esa morada está escrito: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre será salvado”. Esa vida será eterna. Hay muchos sacerdotes que están constantemente ofendiendo a mi Hijo. Hija mía, coge esta cruz y sigue a mi Hijo. Con la cruz alcanzaréis el Cielo, hijos míos. Tú, hija mía, estás sembrando el camino de mi Hijo de rosas. Tú has vuelto a muchas ovejas a su rebaño, estaban perdidas. El Castigo será el día... Las moradas de mi Hijo están casi vacías, las del enemigo están llenas. Avisa a todos que mi Hijo está sediento de almas que vayan a Él, que allí estará esperando, como esperó en el pozo de Jacob, para convertirlos a todos. Procurad estar todos a la derecha del Padre; todo el que esté a la izquierda irá al fondo del abismo. No hagas caso de los avisos terrenos —que no te confundan—, haz caso de los avisos del Cielo. ¡Qué tristeza siente el Padre de ver que se condenan tantas almas! Pero tú, hija mía, estás haciendo una misión muy importante. ¡Cuántas ovejas descarriadas han vuelto al rebaño de Jesús! Sigue sembrando rosas en el camino de mi Hijo; mi Hijo está muy contento porque le estás quitando muchas espinas, estás uniendo su rebaño disperso. [1] Se desconoce si existe grabación
en audio de este mensaje. Cf. o. c., nº 1, pp. 7-10.
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2 octobre
1981
La Sainte Vierge
:
Vois, Ma fille, comment est mon Cœur; il est transpercé de douleur.
Vois comme il saigne pour tous Mes enfants; pour tous, sans distinction
de races. Priez beaucoup pour la conversion de la Russie. La Russie est
le fléau de l'humanité; priez pour qu'elle se convertisse.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 2 DE OCTUBRE DE 1981 (1) LA VIRGEN: Mira, hija mía, cómo está mi Corazón; está traspasado de dolor. Mira, cómo sangra por todos mis hijos; por todos, sin distinción de razas. Pedid mucho por la conversión de Rusia; Rusia es el azote de la Humanidad; pedid que se convierta. Diles a todos, hija mía, que el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y retribuirá a cada uno según sus obras. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y todos los pueblos de la Tierra se darán golpes de pecho y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con su gran poder y su gran majestad. Hija mía, sufre, sufre, que yo también sufro por todos vosotros. Rezad mucho, hijos míos, haced mucha penitencia; es de la única forma que se llega a mi Hijo. Hija mía, diles a todos que no dejen de rezar el santo Rosario. El santo Rosario rezado con devoción tiene una gran fuerza; hija, díselo a todos. Diles que procuren estar arriba y buscar las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Hija, no hagas caso de nadie; te verás muy sola, muy triste, no nos defraudes, ni a mi Hijo ni a mí; no nos defraudes, hija mía, date cuenta de que el enemigo está rodeando todo esto y no sabe por dónde atacar. Esos dolores tan terribles los pasa mi Hijo por toda la Humanidad; la Humanidad está vacía; no hacen caso de los mensajes de su Madre que tanto sufre por ellos; eso que te pasa a ti, hija mía, les ha pasado a muchas almas: han sido perseguidas por los mismos miembros de la Iglesia. Si alguno os dice que Cristo está aquí, entre vosotros, no le hagáis caso, son “cristos” falsos que quieren confundir la doctrina de mi Hijo y quieren confundiros a todos para apoderarse de las almas. Tened cuidado, hijos míos, no vayáis a confundiros con los falsos profetas; los escogidos que no se confundan bajo ningún error. Daos cuenta, hijos míos, de que Satanás está a ver si puede conseguir la perdición de las almas; que está metido en la Iglesia —¡más confusión que ésa!—; que Satanás se ha apoderado de muchos de mis hijos, de muchos hijos míos predilectos de mi Hijo. Sí, hija mía, no hagas caso de los avisos terrenos; ya te lo he dicho en otras ocasiones: escucha los avisos celestiales, no se confundirán con los avisos del enemigo, pues el enemigo jamás dirá que se hagan buenas obras. Rezad mucho, hijos míos; daos cuenta de que no vale la pena nada de lo de la Tierra, que mi Hijo os construirá una casa en el Cielo para toda una eternidad. Hijos míos, vale la pena sufrir; pedid por todos los pecadores, hijos míos. Diles que comulguen los primeros sábados de mes en honor de mi Corazón, que está traspasado de espinas por los dolores que causan tantos pecadores y tantas blasfemias que están profiriendo constantemente contra mi Hijo y contra mí. Diles a los que viven todo esto que ellos también tendrán muchas pruebas; los calumniarán por muchos motivos; que estén alerta. Muchos han recibido la gracia de ver algunos de estos prodigios; que luchen hasta el final, que no se dejen engañar por nadie. Hija mía, nosotros te ayudaremos a llevar la cruz; sufre por todos los pecadores; diles que hagan una visita al sagrario, que mi Hijo se encuentra muy triste esperando la visita de todos ellos; que no se acuerdan de nosotros y nosotros estamos constantemente pensando en todos. Diles, hija mía, que el tiempo se aproxima, que está muy cerca; que no hacen caso de mis avisos, que algunos no tendrán tiempo de arrepentirse y se condenarán. Adiós, hija mía, sé fuerte como mi Hijo hasta el último instante. Adiós, hija mía. [1] Se desconoce si existe grabación en audio de este mensaje. Cf. o. c., nº 1, pp. 10-12. |
14 octobre
1981
La Sainte Vierge
: Priez le Rosaire chaque jour avec une grande
dévotion; faites une brève méditation après
chaque mystère, offrez-le pour la paix du monde, particulièrement
pour la paix en Espagne, car l'Espagne est sur le point d'être châtiée.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 14 DE OCTUBRE DE 1981 (1) LA VIRGEN: Rezad el Rosario con mucha devoción todos los días; meditad un ratito después de cada misterio, ofrecedlo por la paz del mundo, principalmente por la paz de España, porque España está a punto de ser castigada. Yo soy la Virgen de los Dolores; diles a todos, también a los sacerdotes, que deseo en este lugar una capilla en mi honor, para que vengan de cualquier parte del mundo a compartir conmigo estos dolores que estoy padeciendo por toda la Humanidad. Que vengan a esta Capilla a meditar la Pasión de mi Hijo. Diles a todos que se acerquen a la Eucaristía, que todos los que comulguen los primeros sábados de mes en honor a mi Corazón, les estaré muy agradecida, y les compensará mi Hijo en la hora de la muerte. Os pido, hijos míos, que recéis mucho, que mi Hijo está esperando vuestras oraciones. Rezad, hijos míos, mucho, porque muchas almas están condenadas porque no ha habido nadie que haya rezado por ellas. Rezad mucho, hijos míos, pedid por la intención de que no haya guerra, que el mundo está muy mal; sólo vuestra Madre del Cielo puede ayudaros a todos a vencer en la lucha contra el enemigo. Si se hace todo lo que os pido, se detendrá la ira de Dios Padre. Rezad por el Vicario de Cristo, está en un gran peligro; también rezad por la conversión de Rusia, haced penitencia y visitas al Santísimo. Diles a todos que cuando esté hecha la Capilla se llame “Capilla de Nuestra Señora de los Dolores”. Cumple mis mensajes; haced oración y penitencia. (La Virgen se despide de Luz Amparo haciéndole la señal de la cruz en la frente). [1] No existe grabación en audio de este mensaje; fue comunicado por Luz Amparo después. Cf. o. c. , nº 1, p. 12. |
16 octobre
1981
Amparo : Ah, ah, mon Dieu ! Ah, ah, mon Dieu ! Ah, ah, mon Dieu ! Quelle douleur ! Ah, mon Dieu ! Ah, ah, mon Dieu ! Ah, mon Dieu ! Ah, quelles souffrances ! Ah, Seigneur, Seigneur ! Aide-moi, Seigneur ! Ah ! Ah ! La Sainte Vierge: Ma fille, Je sais comme tu souffres, mais tu sais quels mérites ont ces douleurs, combien de pécheurs se convertissent et s'approchent de la Sainte Eucharistie. Dis-leur de continuer à mettre en pratique, d'observer les commandements de Mon Fils. Dis-leur que Jésus-Christ a demandé qu'ils se réconcilient avec Dieu tous les jours. Que ceux qui ne l'ont pas fait, confessent leurs péchés et communient les premiers samedis du mois ; mais aussi les premiers vendredis du mois en l'honneur du Cœur de Mon Fils. Mon Fils donnera la vie éternelle à tous ceux qui le feront et Il les ressuscitera au dernier instant, Ma fille. Ma fille ! Ah, comme tu souffres ! Dieu
est très content de toi, Ma fille. Tout ce sacrifice, Ma fille,
ton sacrifice sert au salut des âmes. Ah ! Ma fille, quelles douleurs
horribles ! Rends-toi compte de ce que Mon Fils a souffert sur cette Croix
et de ce que J'ai souffert Moi-même au pied de la Croix, brisée,
déchirée, le cœur en lambeaux. Ah, Ma fille ! Dis à
tous ceux qui feront un sacrifice : si tu fais un
sacrifice... de l'offrir pour le salut de toute l'humanité.
Tous les sacrifices ont de la valeur, Ma fille, tout ce que l'on offre
à Mon Fils Jésus-Christ.
pour la conversion des pecheurs, pour la conversion de la Russie et pour le Cœur Immaculé de Marie, Ta Très Sainte Mère Je désire te le répéter
Ma fille : offre tout pour la conversion des pécheurs, mais surtout,
Ma fille, accepte et supporte avec humilité les souffrances que
Mon Fils t'envoie. Offre-les Ma fille.
Ma fille, tu as beaucoup de doutes; tu crois que ce sont tes visions ; que Je ne suis pas présente réellement au cours du Saint Rosaire. Je t'ai dit lors de la première Apparition que Je serai là chaque jour pour donner la sainte bénédiction à tous ceux qui viendront prier le Saint Rosaire. Je t'ai également dit, Ma fille, que beaucoup d'entre eux seront choisis et marqués d'une Croix sur le front. Que l'on ne te confonde pas, Ma fille, parce que Je suis là réellement présente comme Reine Glorieuse sur la Terre et apportant à tous les peuples de la Terre le salut et la paix. Ne doute pas, tu peux continuer à le dire à chaque Rosaire; tous Mes enfants seront bénis. Il y en a beaucoup qui doutent, Ma fille. Ils sont si incrédules que s'ils ne voient pas la marque du clou dans les mains, ils ne croient pas. Ma fille, combien tu vas souffrir ! Mais
tu sais ce que dit Mon Fils : s'ils ont besoin de voir pour croire, il
n'y a pas de mérite à cela, Ma fille. Heureux celui qui croit,
sans voir; voilà ce qui est d'un grand mérite aux yeux de
Mon Fils. J'insiste encore, Ma fille : Je veux
que vous continuiez à prier le Saint Rosaire tous les jours.
Amparo
: (élevant le ton de la voix avec horreur) Ah ... ! Ah ... !
Dis à tous ceux de ton entourage,
Ma fille, qu'ils s'efforcent de faire de l'apostolat, qu'ils en
fassent là où ils se trouvent dans le monde car beaucoup
d'âmes ont besoin de recevoir les messages de leur Mère Céleste,
Ma fille. Que l'on prie beaucoup, que tous se sauvent, car Je donne constamment
des avertissements et l'on ne fait pas cas de Moi. Je ne veux pas qu'ils
se condamnent, Ma fille. Mais beaucoup d'entre eux n'éprouveront
pas de crainte envers Dieu, ni même au moment du châtiment.
(Le texte suivant se trouve immédiatement après le message antérieur dans l'enregistrement dont on dispose, il est mis ici bien que l'on ne soit pas certain de sa date). La Sainte Vierge
:
Continue de lutter, Ma fille, car la lutte
sera terrible ; tu devras t'affronter à l'ennemi. Ma fille, Je te
demande de ne pas Nous décevoir et de répondre à Mon
Fils.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 16 DE OCTUBRE DE 1981 LUZ AMPARO:
LA VIRGEN:
¡Hija mía! ¡Ay, cómo sufres! Dios está muy contento contigo, hija mía. Todo este sacrificio, hija mía, todo tu sacrificio vale para salvar muchas almas. ¡Ay, hija mía, qué dolores tan horribles! Date cuenta de lo que pasó mi Hijo en esa Cruz y lo que yo pasé al pie de la Cruz, abrazada, destrozada, desgarrándose mi Corazón. ¡Ay, hija mía! Decid, hija mía, decid a cuantos hicieren algún sacrificio: “Si haces algún sacrificio...” (1) que lo ofrezcan por la salvación de toda la Humanidad. Todos los sacrificios tienen valor, hija mía, todo lo que se ofrezca a mi Hijo Cristo Jesús. Decid cuando hiciereis algún sacrificio: “Jesús mío, por tu amor, todo te lo ofrezco por la conversión de los pecadores, por la conversión de Rusia, por el Corazón Inmaculado de tu Madre María santísima”. Ofrécelo, hija mía, pero que nadie se entere; lo que haga tu mano derecha, que no lo sepa nunca tu mano izquierda, hija mía. El que quiere salvar su vida, hija mía, la perderá, y el que quiera perder su vida por amor a mí..., la encontrará, hija mía, por amor a mí y a mi Hijo. Hija mía, ofrécete a Dios para soportar todos tus sufrimientos, hija mía. Que Él te ayude en reparación por los pecadores, por tantas ofensas hechas constantemente a mi Hijo y a mí, que somos ofendidos constantemente. Deseo repetirte, hija mía: ofrécelo todo por la conversión de los pecadores, pero sobre todo, hija mía, acepta y soporta con humildad los sufrimientos que mi Hijo te envía, hija mía; ofrécelo, hija mía. Mira, hija mía, date cuenta que todo el que es hijo heredero de Dios y herederos con Cristo, tal que padezca con Él, a fin de que perciba con Él su gloria, hija mía. Es muy importante salvar el alma; el cuerpo no tiene importancia, el cuerpo no vale ni para estiércol en la tierra, hija mía. No decaigas, hija mía, pide consejo a tu padre espiritual, que él te dirija, hija mía. Vas a tener muchas contrariedades y vas a sufrir mucho, pero sigue luchando, sigue luchando, hija mía, que yo también sigo luchando para poder salvaros a todos... Hija mía, tienes muchas dudas, hija mía; crees que son visiones tuyas; que si no estaré realmente presente en el santo Rosario, hija mía. Te dije en la primera aparición que todos los días estaré presente para dar la santa bendición a todos los que vayan a rezar el santo Rosario. También te dije, hija mía, que muchos de ellos serán escogidos y marcados con una cruz en la frente. Que no te confundan, hija mía, porque yo estoy allí como la Reina gloriosa sobre la Tierra, llevando a todos los pueblos de la Tierra la salvación y la paz, hija mía. No lo dudes, puedes seguir diciéndolo en cada Rosario; todos mis hijos serán bendecidos. Hay muchos que tienen muchas dudas, hija mía. Son tan incrédulos que si no ven la marca en las manos del clavo, hija mía, no creen. Hija mía, ¡cuánto vas a sufrir!, pero sabes lo que dice mi Hijo: que, si para creer tienen que ver, eso no tiene mérito, hija mía. Dichoso el que cree sin ver; eso sí que tiene mérito muy grande ante mi Hijo, hija mía. Te sigo insistiendo, hija mía: quiero que continuéis rezando el santo Rosario todos los días. Rezad, hijos míos, haced mucho sacrificio por los pecadores, que muchas almas están en el Infierno porque no han tenido quien rece por ellas, hija mía; y ¡qué horrible es estar en el lago de las llamas, hija mía! Mira un instante cómo es, hija mía... LUZ AMPARO: (Elevando el tono de voz con horror). ¡Ay...! ¡Ay...! LA VIRGEN: No, hija mía, no te horrorices; el que va al fondo de ese lago, hija mía, es porque quiere, porque tiene muchas oportunidades de salvarse y no las quiere coger, hija mía. Tú ayuda a todos los pecadores, pero no sufras, ya tienes bastante con tus dolores, hija mía. Diles a todos los que están constantemente contigo, hija mía, que procuren hacer apostolado, que se dediquen en cualquier parte del mundo que estén, que necesitan muchas almas recibir los mensajes de su Madre celestial, hija mía. Que recen mucho, que se salven todos, que estoy constantemente dando avisos y no me hacen caso. No quiero que se condenen, hija mía; pero muchos de ellos, ni aun en el momento del Castigo sentirán temor de Dios. Hija mía, sigue con tu cruz, ayuda a salvar muchas almas; que muchas ovejas han vuelto a su rebaño, hija mía; ¡cuántas había descarriadas, hija mía!, ¡cuántas!, y han vuelto al redil de mi Hijo, han vuelto a su rebaño. Hija mía, adiós; sé humilde, hija mía. Es el consejo de cada día: la humildad, hija mía. Adiós, adiós, hija mía. (El texto siguiente se encuentra enseguida del anterior mensaje en la grabación de que se dispone; se incluye en estas páginas, aunque no hay certeza de su fecha). LA VIRGEN: Hija mía, te vuelvo a aconsejar: no hagas caso del juicio de nadie, hija mía; no hagas caso de los consejos que te den, que no valen los juicios de los demás. Haz caso de tu padre espiritual; muchos videntes los han perdido haciendo juicios sin saber. Hija mía, hazme caso; muchas personas quieren destruir, no saben cuánto daño hacen con aconsejar cosas que no saben, hija mía. Haz caso a tu padre espiritual... (Hay un corte en la grabación por motivos que se ignoran). Sigue luchando, hija mía, que la lucha será terrible; tendrás que enfrentarte contra el enemigo. Hija mía, te lo pido que no nos defraudes; correspóndele a mi Hijo. Adiós, hija mía; sé humilde, sé humilde hasta el final. Éste es el consejo de cada día, hija mía; la humildad es la base principal de todo. Sí, hija mía, tendrás una lucha terrible; pero que no salga el enemigo victorioso. Lucha hasta el final, hija mía, lucha, que vale la pena luchar. Adiós, hija mía. Adiós. [1] Corte en la grabación. La frase siguiente en cursiva está tomada del o. c., nº 1, p. 13. |
23 octobre
1981
Jésus
:
Adieu, Ma fille. Sois forte comme Je l'ai été jusqu'au dernier moment. Ne te soucie pas de cette lutte, car ensuite tu seras dans les demeures du Père Eternel pour l'Eternité. Adieu, fille. La Sainte Vierge
:
Ma fille, tu devras beaucoup souffrir dans
ce monde méchant et corrompu. Je te donnerai beaucoup d'épreuves
intérieures, mais en même temps Je t'aiderai à les
supporter. Toi, Ma fille, tu as beaucoup douté de Mes avertissements.
Ne doute pas, Ma fille, ne doute pas de tout ce qui sort de Ma bouche.
Aide tant d'âmes qui en ont tant besoin. Sois forte, Ma fille, Je
te le redis chaque fois que cela t'arrive.
Continuez à
prier le chapelet. Il conviendrait aussi que vous récitiez les
quinze mystères. Il est très urgent de sauver beaucoup
d'âmes et à chaque Rosaire beaucoup d'âmes se sauvent,
Ma fille. Il faut aider Mon Fils et le Père éternel, il faut
aussi Le consoler. Nos prières doivent retenir le bras de Sa colère.
Je Le supplie constamment de vous donner davantage d'occasions ; beaucoup
d'âmes se sauvent; qu'Il retienne le châtiment, Ma fille. Il
est très proche. Faites beaucoup pénitence. Priez
le Saint Rosaire avec dévotion.Il est très important de réciter
chaque jour le Rosaire.
Amparo : Ah ! Ah ! Ah, Mon Dieu ! Ah, mes os ! Ah, Seigneur ! Ah, mon Dieu ! Ah, quelle douleur ! Ah, Seigneur ! retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 23 DE OCTUBRE DE 1981 EL SEÑOR:
Diles que tienen muy poco tiempo; que se arrepientan; que piensen un poquito en la Pasión de su Hijo, que lo mandó a la Tierra para redimirlos a todos del pecado y no quieren pensar en sus culpas. Que están ofendiendo constantemente a Dios; que mediten, que piensen lo que su Hijo pasó en la Cruz, cómo le coronaron de espinas, cómo le flagelaron, cómo derramó su última sangre por todos vosotros, hija mía. Díselo a todos, que no van a tener tiempo a arrepentirse. Que el Padre Eterno va a mandar su ira de un momento a otro; que se arrepientan. Díselo, hija mía, a todos. Que el Hijo de Dios bajará en una nube no tardándose mucho y mandará a sus ángeles que sieguen la mies seca de la Tierra que no da fruto; que sus escogidos estén preparados; que no hagan caso del enemigo. Sí, hija mía, diles a todos que se conviertan, que el día del Juicio bajaré como juez, no como amigo, porque ya les estoy dando oportunidades; que las cojan, que no dejen para mañana lo que puedan hacer hoy; que se den cuenta que los mil años de la Bestia se han cumplido; que Satanás está en... Está entre los cuatro ángulos de la Tierra, hija mía, para apoderarse de almas para la guerra. Diles a todos que procuren estar el día del Juicio apuntados en el Libro de la Vida. Díselo a todos, que no quiero que se condenen, que mi Madre está sufriendo mucho por todos ellos. No puedo soportar que mi Madre sufra; está constantemente sufriendo, llorando. No se podrían meter en ningún envase las lágrimas que derrama mi Madre diariamente por todos ellos. Que se arrepientan antes que llegue la hora del Castigo, que la lucha será horrible. Díselo a todos, hija mía; luego que no digan que no aviso. Que se arrepientan, que confiesen sus pecados, que procuren estar a la derecha del Padre el día de los escogidos; que será horrible ir con el enemigo, hija mía. Diles a todos que se arrepientan, que pidan perdón al Padre Eterno, que el Padre Eterno está esperándolos a todos. Adiós,
hija mía. Sé fuerte como yo fui hasta el último momento.
No te importe esta lucha, que luego estarás eternamente en las moradas
del Padre Eterno. Adiós, hija.
LA VIRGEN: Hija mía, aquí me tienes como Madre misericordiosa, hija mía, para ayudarte a soportar esos sufrimientos tan horribles. Ofréceselos al Padre Eterno, hija mía, por la conversión del mundo entero, hija mía; ofrece tus dolores, hija mía. Si te desprecian, hija mía, ofréceselo; si te calumnian, hija mía, ofréceselo. Sigue con tu humildad, hija mía, con tu obediencia, hija mía. Tu obediencia tiene que ser muda, hija mía, para que nadie se entere, hija mía. Dales el aviso a todos, que se arrepientan, hija mía, todos; que confiesen sus pecados, que el Padre Eterno está muy enfadado. Diles que tienen que ser mejores de lo que son; que va a venir un gran castigo, hija mía, para toda la Humanidad; que confiesen sus culpas; que no se dejen engañar por el enemigo; que Satanás quiere apoderarse de toda la Tierra; que se está apoderando de la Iglesia; que está intentando aniquilar la Tierra. Hija mía, díselo a todos, que no se dejen engañar de ninguna forma; que se arrepientan, hija mía. No sabes qué dolores tengo en el Corazón de verte sufrir, pero es preciso. Diles, hija mía, que el Castigo será peor aún que cuarenta terremotos seguidos destruyendo la Tierra, hija mía; que será horrible el Castigo y nadie se escapará de él, nadie. Todos verán el Aviso y verán lo que significa el Aviso, hija mía. Estad preparados para que vosotros no recibáis el Castigo. Es muy importante estar con Dios. El día que veamos el Aviso habrá personas que morirán del miedo, del miedo tan horrible, hija mía. Procurad estar esa noche rezando ante el Santísimo o en vuestras casas con las puertas cerradas, hija mía. Hija mía, tendrás que sufrir mucho, hija mía, en este mundo de podredumbre y de maldad, hija mía. Tendrás muchas pruebas interiores que te daré, hija mía; pero, al mismo tiempo, te ayudaré a soportarlas, hija mía. Muchas veces has tenido muchas dudas de mis avisos. No lo dudes, hija mía, no dudes lo que yo hable por mi boca, hija mía. Ayuda a tantas almas que tanto lo necesitan. Sé fuerte, hija mía, te lo repito todos los días que te sucede esto, hija mía. Tienes que ser humilde; sin humildad no se ganan almas, hija mía. Date cuenta que el pecado de soberbia es el pecado que conduce a todos los pecados del mundo, hija mía. Hay que ser humildes. Date cuenta que mi Hijo escogió lo más humilde de la Tierra y la humildad es la base principal de todo, hija mía. Seguid rezando el santo Rosario. También es conveniente que reces las quince partes de los misterios, hija mía. Corre mucha prisa salvar muchas almas; y en cada Rosario se salvan muchas, hija mía. Hay que ayudar a mi Hijo, y al Padre Eterno hay que consolarle también, hija mía. Con nuestras oraciones hay que sujetarle el brazo de su ira, hija mía. Lo estoy pidiendo constantemente que os dé más oportunidades; que se están salvando muchas almas; que detenga el Castigo, hija mía. Está muy próximo. Haced mucha penitencia. Rezad el santo Rosario con devoción. Es muy importante rezar todos los días el santo Rosario. Ofrece tus dolores por la conversión de Rusia, hija mía. Rusia, Rusia destruirá todo, hija mía. Pedid que se convierta. Cumplid con mis mensajes. Haced caso. Mandad mis mensajes por cualquier parte del mundo, hija mía. Que se lo tomen en serio, que el Castigo está muy cerca. Que no quiero que se condenen, hija mía, adviérteselo a todos, que es horrible, hija mía, el dolor que tengo. Adiós, hija mía, te echo la santa bendición. Adiós. LUZ AMPARO: ¡Ay, ay!
¡Ay, Dios mío! ¡Ay, mis huesos! ¡Ay, Señor!
¡Ay, Dios mío! ¡Ay, qué dolor! ¡Ay, Señor!...
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6 novembre
1981
La Sainte Vierge
: Je vais te donner un message, mais il sera très bref, Ma fille
Et toi, Ma fille, n'aie pas peur, car Dieu
est avec toi et si Dieu est avec toi, qui sera contre toi ? Oui, Ma fille,
dis à tous Mes enfants, à ceux de ton entourage, de ne pas
se laisser intimider et de faire tout ce qui est en leur pouvoir pour que
la volonté de leur Mère soit faite, qu'ils prient davantage;
qu'ils
pensent un peu plus durant la journée à leur Mère
qui ne les oublie pas, pas même un seul instant. Dis-le leur,
Ma fille.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 6 DE NOVIEMBRE DE 1981 LA VIRGEN: Te voy a dar un mensaje; pero este mensaje va a ser muy corto, hija mía. Los humanos son muy desagradecidos; no quieren saber nada de su Madre. Diles a todos que no vendrán las gracias que necesitan, sino cuando se haya satisfecho el deseo mío de hacer una capilla en el lugar que te he indicado. Díselo a todos, hija mía: que deseo se haga una capilla para meditar la Pasión de mi Hijo; que me escuchen, hija mía, que mi Corazón es víctima del dolor; que no me hacen caso. Díselo también a los sacerdotes; que me escuchen, que sólo pido que se haga oración, que se venga a meditar; que si hacen lo que yo pido, estaré entre mis hijos visiblemente en la Segunda Venida de mi Hijo, Cristo Jesús. Sí, hija mía, no me hacen caso; quiero que me crean, que crean que yo soy María,(1) María Dolorosa, hija mía. ¡Qué poco caso hacen de mis mensajes! Diles a todos mis hijos que se arrepientan y dejen de escuchar doctrinas que no sean las de mi Hijo; que escuchen la ley de mi Evangelio, de los Evangelios de Jesús; que escuchen la palabra de Dios; que la ley del Evangelio es la ley que ha dado mi Hijo a su Iglesia Santa, porque fuera de su Iglesia no habrá salvación, hija mía. Díselo; que me escuchen, que los quiero a todos, hija mía. Y tú, hija mía, no tengas miedo, porque Dios está contigo, hija mía, y si Dios está contigo, ¿quién estará contra ti? Sí, hija mía, diles a todos mis hijos que están constantemente contigo que no se acobarden; que vayan donde sea para ver si se cumple la palabra de su Madre, que hagan un poquito más de oración; que se acuerden un poquito más durante el día de su Madre, que no los olvida ni un instante. Díselo, hija mía. Adiós, hija mía, adiós. Cumplid mis mensajes, hija mía, hacedme caso, hija mía; obedece las órdenes de nosotros, de mi Hijo y mías. No os confundáis, hijos míos. Luchad, luchad hasta el final. Adiós, hija mía; te echo la santa bendición, hija mía. Adiós. [1] La grabación disponible en audio se inicia a partir de este punto; la parte primera resaltada en cursiva ha sido extraída del o. c., nº 1, p. 18. |
13 novembre
1981
Jésus : Oui, Ma fille, voici ton Père Céleste comme Je te l'ai dit le premier jour de Mon apparition. Je suis ton Père Céleste. Je sais que tu souffres beaucoup, Ma fille ; comme si Je ne connaissais pas ces souffrances si horribles et ce qu'il en coûte de tout endurer pour l'Humanité si ingrate ! Je sais bien qu'ils ne méritent rien de tout cela, Ma fille, mais il faut les sauver, il faut les sauver coûte que coûte, Ma fille. Ecoute-Moi, Mon Cœur victime est las de l'ingratitude de Mes enfants bien-aimés. Je ne te parle pas de la méchanceté des impies, mais de la malice des chrétiens. Je vais te parler ouvertement de la situation
du monde pour que tu comprennes le pourquoi de Ma Passion Mystique comme
victime immolée pour le monde, Roi martyr de Ma Charité pour
les âmes et comme Dieu méprisé de Mes créatures.
Toute
Ma sagesse, Ma fille, Je m'en suis servi pour donner [aux hommes] tous
les moyens de parvenir à la jouissance de Mon Royaume Eternel
; toute Ma tendresse, Ma bonté, Ma miséricorde, Mes richesses,
Ma magnificence et Mon amour, Je les ai utilisés pour attirer les
hommes à Moi. Mais ils ne veulent rien, ce sont des ingrats. J'ai
fait pour tous, ce que J'aurais fait pour Mes propres enfants, Ma fille
; ils n'en sont pas dignes du tout. Tout ce que J'ai fait pour eux, pour
tous les hommes en général, Je l'ai fait, comme Je l'ai fait
pour Mes élus ; Je l'ai fait pour un et Je l'ai fait pour tous en
général, et à tous J'ai donné Mon exemple sur
le chemin de ce monde.
Amparo : Quelles douleurs, Mon Dieu;
Je sais comme tu souffres !
Souvenez-vous toujours de Mes paroles, parce que si Je ne vous avais pas avertis...Mais Je ne cesse de vous prévenir. Si Je ne vous avais pas avertis, vous auriez moins de responsabilité, mais à partir de maintenant, quelle excuse aurez-vous, Mes enfants ! Vous ne pourrez pas vous disculper. Le dernier jour est proche, Ma fille, et
en ce dernier jour, Je viendrai comme Juge. Ne l'ai-je peut-être
pas dit à Ma Sainte Eglise ? Ne les ai-Je pas secourus avec des
pasteurs ? Je n'ai cessé de faire partout des miracles, de répandre
l'amour; mais ils n'ont pas voulu recevoir toutes ces choses d'un cœur
pur. Bien sûr, tous ceux-là, sais-tu de qui il s'agit ? Des
ingrats, ceux qui ne Me sont pas reconnaissants.
Dis-leur que lorsque Je les invite à
venir à Moi, c'est avec l'intention de changer cette mauvaise vie
de vices, de péchés, d'incrédulité, de malice,
de commodités raffinées dont ils ont entouré chaque
jour leur vie humaine; parce que les hommes, précisément,
doivent rendre leurs actions surnaturelles en imitant Ma conduite d'homme.
Dis aux jeunes, Ma fille, ce qu'est le véritable amour; dis-leur de s'approcher de Moi ; et dans le silence, avec foi en Ma présence dans Mon Eucharistie, qu'ils Me demandent de leur révéler le secret du bonheur du cœur humain en cette vie et dans l'éternité. Ma fille, révèle-leur combien Mon amour t'a comblée. Dis-leur qu'il n'y a pas d'amour qui rende heureux s'il n'est greffé sur Mon amour. Oui, Ma fille, avertis-les tous. Regarde, Ma fille, aujourd'hui Satan est
en train de célébrer sa fête dans les profondeurs de
l'enfer; tu vas le voir... regarde... comme les cavernes sont remplies
d'êtres maudits, de pécheurs, d'injustes; comme ils se cachent
dans le feu ; ce sont des esprits mauvais, Ma fille. Pense que l'enfer
est rempli de pécheurs et que c'est pour toute une éternité.
Sois humble, Ma fille, offre tes souffrances,
prie
davantage.
La Sainte Vierge
: Me voici Ma fille. Comment Moi, ta Mère Glorieuse, aurais-je manqué
cette visite? Ne doute pas, Je t'apparaîtrai, Ma fille, tu continueras
à Me voir. Souviens-toi que tu Me fais souffrir lorsque tu doutes
que c'est bien Moi qui te parle. Je suis ta Mère, tu seras contente,
Ma fille, de la récompense que Je t'ai donnée de voir ta
maman de la terre ; elle est au paradis, grâce à tes prières.
Oui, Ma fille, demeure dans l'humilité, continue à obéir
pour qu'arrive ce jour glorieux où tu pourras la rejoindre, Ma fille.
Ma pauvre fille ! Tu es certainement très ingénue; c'est
pour cela que Je t'ai choisie et que Je te soutiens sur Mon propre Cœur
pour que le démon ne te trouble pas. Prépare ton cœur, Ma
fille, pour que tu sois prête quand arrivera le jour.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 13 DE NOVIEMBRE DE 1981 EL SEÑOR:
Voy a relatarte
abiertamente la situación del mundo, para que comprendas el porqué
de mi pasión mística como víctima inmolada por el
mundo, como Rey mártir de mi caridad por las almas y como Dios desdeñado
de mis criaturas. He empleado toda mi sabiduría, hija mía,
en proporcionar todos los medios de adquirir el gozo de mi Reino eterno,
toda mi ternura en atraerlos, mi bondad y mi misericordia, mis riquezas,
mi magnificencia y mi amor; pero no quieren nada, son ingratos. He hecho
por todos lo que hubiera hecho por mis propios hijos; no se merecen nada.
Todo lo que he hecho por ellos, por todos en general, lo he hecho como
lo he hecho con mis elegidos; lo hice por uno y lo hice por todos en general,
y para todos di mi ejemplo en el camino de este mundo. Por todos ascendí
a los Cielos, volviendo al seno del Padre, y por todos hice el milagro
de la consagración de la Eucaristía, para permanecer con
ellos. Para todos estoy, no sólo para unos, encerrado en ese Sacramento
día y noche, triste, sufriendo. Por todos instituí mi sacerdocio
privilegiado y para todos la Iglesia santa con sus auxilios de...
LUZ AMPARO: ¡Qué
dolores, Dios mío; sé cómo sufres!
EL SEÑOR: ...con sus auxilios de indefectible virtud y de única esperanza de eternidad. Hija mía, para todos di mis palabras de salvación y de vida, que guarda el Santo Evangelio de la ley de la gracia y del amor; y con toda claridad la manifesté en aquellas palabras: “Amaos los unos a los otros”. Lo dije en un lenguaje para que todos me entendiesen. Y os dije: “Permaneced todos unidos, permaneced en mí, para que seamos una sola cosa..., para que seamos una sola cosa como mi Padre y yo lo somos”. Pero, hija mía, ¿qué han hecho de mi palabra, de mi doctrina, de mis deseos, sino mofa, crímenes y traición? Mira, hija mía: se formó mi amada Iglesia, se erigió y se extendió mi Reino en las almas; pero el eterno enemigo entró en la raza maldita para apoderarse de todos, se apoderó de toda la raza. También vino a formar la división en la familia, la cual, surgiendo bandos, comenzó a minarse entre sí. No me quejo del enemigo, ni de sus secuaces, porque todos ellos son malditos; me quejo de los que, siendo míos, han secundado la acción del mal. El enemigo, hija mía, quiere seducir y no sabe cómo. Acordaos siempre de mis palabras, porque si no os hubiera advertido..., pero estoy constantemente advirtiéndoos. Si no os hubiera advertido, seríais menos responsables, pero de ahora, ¿de qué os excusaréis, hijos míos? No podéis excusaros. Está cerca el día postrero, hija mía, y ese día postrero vendré como juez. ¿Acaso no lo he dicho a mi Iglesia Santa?, ¿no los he socorrido con pastores? No he dejado de derramar milagros por todas partes, de derramar amor; y ellos no han querido recibir con corazón puro todas estas cosas. Claro, todos éstos, ¿sabes cuáles son?: los ingratos, los desagradecidos. Hija mía, diles que todavía están a tiempo, que vengan a mí todos, como les dije en una ocasión: “Venid a mí todos los que estéis cargados, que yo os ayudaré a descargaros”. Venid arrepentidos y contritos, haciendo esfuerzos para superar las tendencias malignas de vuestras pasiones y de las seducciones que el mundo, el demonio y la carne os presentan, como lo hizo un día en el Paraíso de los primeros padres naturales. Diles que cuando yo les invito a que vengan a mí, es con espíritu de cambiar la mala vida de los vicios, de los pecados, de la incredulidad, de la malicia, de las comodidades refinadas que cada día habéis rodeado vuestra vida humana; porque los humanos, precisamente, son los que deben sobrenaturalizar sus acciones, imitándome a mí cuando me hice humano; que busqué desde el primer momento hasta el último de esta vida el sacrificio, la pobreza, la humildad, la incomodidad en todo. Por eso nací una noche de invierno en medio de los hielos y sobre pajas de un pesebre de animales, para ofrecer a mi Padre el sacrificio reparador y propiciatorio de pagar a la Justicia divina por vuestros pecados, hijos míos. Todos, pues, hija mía, estáis obligados... (palabra ininteligible) a amarme; que por eso bajé a vosotros haciéndome semejante a vosotros en todos los momentos, menos en el pecado. Diles a la juventud, hija mía, lo que es el verdadero amor; diles que se acerquen a mí; y en el silencio, con fe en mi presencia en mi Eucaristía, me pidan que les revele el secreto de la felicidad del corazón humano en esta vida y en la eternidad, hija mía. Revélales, hija mía, cuán dichosa te ha hecho a ti mi amor, y que no hay amor que haga feliz si no está injertado en mi amor. Sí, hija mía, avísaselo a todos. Mira, hija mía, hoy Satanás está celebrando su fiesta en la profundidad del Infierno; lo vas a ver... Mira las cavernas cómo están llenas de malditos, de pecadores, de injustos, cómo se rebozan en el fuego; son espíritus malignos, hija mía. Piensa que el Infierno está lleno de pecadores y que es para toda una eternidad. Hay quien piensa que ¿cómo Dios siendo misericordioso les va a mandar ese castigo? Sí, hija mía, es misericordioso mi Padre Eterno, pero es justo y a cada uno le da lo que se merece. Mira cuántos espíritus del mal hay en medio; las almas de los pecadores cómo están sufriendo torturas, hija mía, por sus pecados. Aquí no existe la muerte; sin embargo, en las moradas del Cielo existe la vida, hija mía. ¡Cuántos quisieran morir para no sufrir! Mira, hija mía, vas a ver una parte del Cielo, para que no te horrorices, no te quede ese sabor tan malo: ¡mira qué felicidad, mira qué dulzura, mira qué paz, mira qué alegría; aquí no hay envidias, no hay sufrimiento, todo es amor! Donde yo estoy no puede haber nunca sufrimiento, hija mía; donde está Satanás con sus secuaces no hay nada más que tormentos y sufrimientos. Avísales a todos, diles que se conviertan, que no quiero que se condenen; díselo, hija mía, díselo a todos. Sé humilde, hija mía, ofrece tus sufrimientos, haz un poco más de oración. Diles a los que están contigo que estoy muy contento con ellos, que cumplen muy bien con mis mensajes, que sigan de la forma que siguen, que también son hijos predilectos míos porque han tenido la oportunidad de ver todo esto. Diles que Dios, cuando hace una cosa, sabe cómo la hace, dónde la hace, de qué forma. Que sean humildes también, que la humildad es la base principal para llegar al Cielo. Díselo a todos, hija mía. Sí, hija
mía, verás a mi Madre, la verás un segundo. Adiós,
hija. Cumplid con los mensajes de mi Madre y los mensajes de vuestro Padre
Celestial. Adiós, hija mía.
LA VIRGEN: Hija mía, hija mía, aquí me tienes, hija mía, ¿cómo iba yo a faltar, tu Madre gloriosa? No dudes que yo me apareceré a ti, hija mía, me seguirás viendo. Recuerda que me haces sufrir cuando dudas de que soy yo quien te habla. Soy tu Madre, estarás contenta, hija mía, del premio que te he dado de ver a tu madre terrena; está gloriosa en el Cielo gracias a tus oraciones. Sí, hija mía, sigue con humildad, sigue obedeciendo para que llegue ese día glorioso y te juntes con ella, hija mía. ¡Pobre hija mía! Eres ciertamente muy ingenua, hija mía; por eso te he elegido yo y te sostengo en mi propio Corazón, para que el demonio no te trastorne. Prepara tu corazón, hija mía, para cuando llegue el día, que estés preparada. Ya sabes, hija mía, que no me agradas, que no puedes agradarme si no eres humilde; sigue siendo humilde y que todos los que te rodean igualmente sean humildes; que tenga servidores fieles a mi doctrina y que la prediquen y la defiendan la doctrina de mi Hijo, que sean fieles para practicarla y para predicarla; diles que se humillen, que sólo los humildes pueden agradarme, hija mía. Que todas las almas sean humildes, que todas necesitan ser humildes para que sus servicios me sean agradables, hija mía. Reza por todos, por toda la generación, por todos, todos son hijos míos. Hija mía, para mí no hay políticas; mi “política” es el amor, y la de mi Hijo, la cruz. Diles que el que
no tenga amor y no cumpla con los mandamientos de la Ley de Dios no se
salvará; el prójimo está en cualquier ser humano.
Yo no tengo distinción de razas; la política no va a servir
para salvarse, hija mía, sino para condenarse. Adiós, hija
mía; sé humilde hasta el último instante, sigue los
consejos de tu padre espiritual, pues ya sabes, hija mía, que es
un buen hijo de Dios; haz caso a mis consejos y a los consejos de tu padre
espiritual. Adiós, hija, adiós.
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20 novembre
1981
Jésus :
Ce message, Ma fille, tu peux le donner à tous Mes enfants. Dis-leur à tous, Ma fille, de se repentir, de faire beaucoup de sacrifices et de faire pénitence. Il est très important de prier le Saint Rosaire tous les jours. Surtout dis-leur de le faire avec beaucoup de dévotion car le monde est au plus mal, et par leur prière beaucoup d'âmes se sauvent, dis-le à tous Mes enfants. Adieu, Ma fille, Je te donne Ma Sainte Bénédiction. La Sainte Vierge: Ma fille, Je suis ici pour te consoler. Me voici, Je serai avec toi jusqu'au dernier instant. Offre ces douleurs pour tous Mes enfants, pour tous les pécheurs. Beaucoup d'entre eux n'ont pas connu Mon Fils; ce n'est pas de leur faute s'ils sont, de fait, en état de péché mortel; ils n'ont eu personne qui leur enseigne la doctrine, prie pour eux tous, comme Moi-même Je supplie Mon Fils. " Oui, Ma fille, tu ne sais pas combien d'âmes montent au ciel par l'intermédiaire de vos prières ; elles montent en une foule lumineuse, en bandes lumineuses vers le ciel; cela Me donne beaucoup de joie malgré que J'éprouve une grande tristesse car il y a beaucoup de pécheurs qui ne veulent pas se sauver. J'intercède pour eux, mais ils ne tiennent pas cas de Moi, ils ne veulent pas se sauver. Je sais, Ma fille, que tu pries pour les prêtres. Beaucoup de prêtres ne méritent pas une prière,car ils ne cessent d'offenser Mon Fils. Oui, Ma fille, certains prêtres, ministres de Mon Fils, à cause de leur mauvaise vie, de leurs erreurs, de leurs irrévérences, de leur mauvaise disposition lorsqu'ils célèbrent les saints mystères, à cause de leur amour de l'argent, des honneurs et des plaisirs, manquent de la pureté requise, Ma fille. Les péchés des personnes consacrées appellent le Ciel et attirent la vengeance. Voici que la vengeance est à leurs portes, parce qu'on ne trouve presque plus personne pour implorer miséricorde et pardon pour le peuple; il n'y a pas d'âmes généreuses; il n'y a presque plus personne qui soit digne d'offrir à l'Eternel une victime sans tache en faveur du monde. Dieu va châtier d'une manière sans précédent. Ah Ma fille ! Pauvres habitants de la Terre et pauvres ministres de l'Eglise ! Dieu va envoyer son châtiment et personne ne pourra se soustraire à tant de maux réunis. Oui, Ma fille, certains prêtres offensent beaucoup Mon Fils. Beaucoup d'entre eux ne sont pas dignes de célébrer les mystères sacrés de l'Eucharistie à cause de leur manque de foi et de leurs mains souillées d'impuretés. Un grand châtiment va s'abattre sur eux, car ils ont encore plus de responsabilité que quiconque et parce qu'ils condamnent beaucoup d'âmes. Oui, Ma fille, certains chefs et guides du peuple de Dieu ont délaissé la prière et la pénitence et le démon a obscurci leur intelligence. Les mauvais livres abonderont sur la Terre; les esprits des ténèbres répandront de tous côtés le relâchement universel dans tout ce que le service de Dieu requiert, Ma fille. Le Vicaire de Mon Fils aura beaucoup à souffrir, parce que, pendant un temps l'Eglise sera livrée à de grandes persécutions; ce sera le temps des ténèbres, l'Eglise passera par une crise affreuse. Oui, Ma fille, on abolira le pouvoir civil et ecclésiastique. Chaque individu devra se guider par lui-même et s'imposer à ses semblables. Toute justice sera foulée et bientôt, de toutes parts, on ne verra rien d'autre qu'homicides, haines, discordes, on ne verra pas d'amour dans l'Humanité ni dans les familles. Oui, Ma fille, oui, beaucoup, de prêtres
détruisent l'amour envers Mon Fils, et beaucoup d'âmes
se condamnent à cause de leur mauvais exemple. Je ne veux pas
penser au châtiment qui leur arrive. Mes enfants, aidez-les tous
par vos prières; priez pour eux et faites beaucoup de sacrifices;
priez pour que leurs âmes se purifient, Mes enfants. Mon Fils porte
une croix très pesante à cause d'eux ; qu'il
ne vous importe pas de souffrir [traduction à revoir de "qu'il
ne vous importe pas de souffrir"], Mes enfants, car
ensuite, regarde ce qui vous attend; comme tout ceci est merveilleux.
Ici, il n'y a pas de jalousie, Mes enfants; ici, il n'y a pas de méchanceté,
tout n'est qu'amour, tout n'est que félicité, tout n'est
que pureté. Souffrez mes enfants, car il
vaut la peine de souffrir pour obtenir tout cela. Sois humble,
Ma fille, tu sais que l'humilité est la base principale de tout
et c'est l'orgueil qui condamne tous les hommes
car l'enfer est rempli d'êtres orgueilleux et Satan a
formé son armée avec l'orgueil.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 20 DE NOVIEMBRE
DE 1981
EL SEÑOR: Aquí me tienes, hija mía, como tu Padre que soy, para ayudarte a soportar esos sufrimientos. Ofrécelo, hija mía, por la conversión de los pecadores, porque cada día son peor. Escucha bien lo que te digo, hija mía, y comunícaselo a todo el mundo: como no cambien y sigan abusando de mi misericordia, el mundo se verá envuelto en una gran guerra, serán destruidas varias naciones, habrá muchas muertes, caerán nubes de fuego que abrasarán la Tierra; todo esto será lo más horrible que se ha conocido por la Humanidad. Diles a todos que no hacen caso de los mensajes de mi Madre, ni de sus súplicas; pero que sepan todos que el Castigo está muy cerca; que sepan todos también que es mi Madre la que está sujetando ese Castigo con sus lágrimas, con sus dolores. Todo lo que está sufriendo por todos sus hijos, dando sus avisos, porque no quiere que se condenen, pero no le hacen caso. Diles a todos, hija mía, que el tiempo pasa y los hombres no cambian, que siguen cometiendo pecados sacrílegos y crímenes. No quieren salvarse, hija mía, son unos ingratos; diles que el juicio de las naciones está muy cerca. Diles a todos que hagan oración, que confiesen su culpabilidad, que se arrepientan, que Dios va a castigar a toda la Humanidad; dará Castigo como jamás se ha visto; que pidan perdón a Dios, que hagan oración, que el Padre Eterno está esperándolos; que se arrepientan de sus culpas, que en el mundo va a haber grandes desgracias y en varias naciones habrá grandes terremotos. Este es un Castigo del Cielo, hija mía; están abusando de la misericordia de Dios. Que se arrepientan, que estamos avisando constantemente; que mi Madre santísima se está apareciendo en muchas partes y está dando mensajes para que se difundan por todo el mundo, y no le hacen caso. Sí, hija mía, se están salvando muchas almas, pero hay muchos que están en pecado mortal; ofrece tus dolores por todos ellos; ayúdame a mí también a soportarlos, a consolarme; ayuda a mi Madre también, que el Corazón lo tiene traspasado de dolor por la ingratitud de tantos pecadores que no quieren hacer caso. Sí, hija mía, es muy duro, pero es preciso que sufras; es preciso que se salve por lo menos una tercera parte de la Humanidad. Sé humilde, hija mía, habla con tu padre espiritual, que te dirija; no te dejes, hija mía, date cuenta de que el enemigo está rodeando todo esto y no sabe cómo destruirlo. Este mensaje, hija mía, lo puedes dar a todos mis hijos, díselo a todos, hija mía, que se arrepientan, que hagan mucho sacrificio, que hagan penitencia. Es muy importante rezar el santo Rosario todos los días. Sobre todo, diles que lo hagan con mucha devoción, hija mía, que el mundo está muy mal, que con su oración se están salvando muchas almas; díselo a todos mis hijos, hija mía. Adiós,
hija mía, te doy mi santa bendición.
LA VIRGEN:
Sí, hija mía, tú no sabes cuántas almas están subiendo al Cielo por medio de vuestras oraciones; están subiendo en tropel luminoso, en bandas luminosas al Cielo; esto me causa mucha alegría, a pesar de que tengo mucha tristeza porque hay muchos pecadores que no quieren salvarse. Yo estoy suplicando por ellos, pero no me hacen caso; no quieren salvarse. Ya lo sé, hija mía, que estás pidiendo por los sacerdotes. Muchos sacerdotes no son dignos ni de una oración, son los que están constantemente ofendiendo a mi Hijo. Sí, hija mía, algunos sacerdotes ministros de mi Hijo, por su mala vida, por sus errores, irreverencias, hija mía, por su mala disposición al celebrar los santos misterios, por el amor al dinero, al honor y a los placeres carecen de la debida pureza, hija mía. Los pecados de las personas consagradas claman al Cielo y atraen la venganza, hija mía; he aquí, que la venganza está a sus puertas, porque ya no se encuentra casi a nadie para implorar misericordia y perdón para el pueblo; no hay almas generosas, ni hay casi nadie digno de ofrecerle una víctima sin mancha al Eterno a favor del mundo. Dios va a castigar de una manera sin precedentes. ¡Ay, hija mía! Pobres de los habitantes de la Tierra y de los ministros de la Iglesia. Dios va a lanzar su castigo y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos. Sí, hija mía, algunos sacerdotes ofenden mucho a mi Hijo; muchos de ellos no son dignos de celebrar los sagrados misterios de la Eucaristía por su falta de fe y por sus manos manchadas de impurezas. Vendrá un gran castigo sobre ellos, pues tienen todavía más responsabilidad que otros, porque están condenando a muchas almas. Sí, hija mía, ciertos jefes y guías del Pueblo de Dios han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias. Los malos libros abundarán en la Tierra; los espíritus de las tinieblas esparcirán por todas partes el relajamiento universal en todo lo que pide el servicio de Dios, hija mía. El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque durante un tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones; será el tiempo de las tinieblas; la Iglesia tendrá una crisis horrorosa. Sí, hija mía, se abolirán el poder civil y el eclesiástico. Cada individuo tendrá que guiarse por sí mismo e imponerse a sus semejantes. Toda justicia será hollada y no se verá pronto por todas partes otra cosa que homicidios, odios, discordias, sin amor en la Humanidad, ni en las familias. Sí, hija mía, sí, muchos sacerdotes están destruyendo el amor a mi Hijo, muchos, hija mía; muchas almas se están condenando por el mal ejemplo de todos ellos. No quiero pensar el Castigo que se les avecina. Hijos míos, ayudadlos a todos con vuestras oraciones; pedid por ellos y haced muchos sacrificios; pedid que se purifiquen sus almas, hijos míos. Mi Hijo lleva una cruz muy pesada por todos ellos; no os importe sufrir, hijos míos, que luego, mira lo que os espera; qué maravilloso es todo esto. Aquí no hay envidias, hijos míos; aquí no hay maldades, todo es amor, todo es felicidad, todo es pureza. Sufrid, hijos míos, que vale la pena sufrir para alcanzar todo esto. Sé humilde, hija mía, ya sabes que la humildad es la base principal de todo y la soberbia es la que condena a todos los humanos, pues el Infierno está lleno de soberbios, y Satanás ha formado su ejército con la soberbia. Sé humilde, hija mía, guarda obediencia a tu padre espiritual, haz caso de sus consejos. Distribuid mis mensajes por todos los lugares del mundo. Adiós, hija mía, sé fuerte, hija mía. Adiós. |
25 novembre
1981
(Alors qu'elle vaquait à ses occupations, Amparo souffre la Passion du Seigneur et reçoit le message suivant). [Stigmates d'Amparo]
Jésus : Ma fille, tu sais ce que Je t'ai fait hier. [en
priant le Saint Rosaire au Pré-Neuf, elle tombe en extase, elle
souffre également les douleurs de la Passion et reçoit les
plaies mais sans saigner] Ne crois pas que ce soit une épreuve ;
ce n'est nullement une épreuve, c'est comme si tu avais subi la
Passion. Dorénavant tu endureras les douleurs ; Moi aussi Je les
souffrirai avec toi ; mais Moi Je verserai Mon sang pour que grâce
à ce sang qui est Mien, tu te purifies, Ma fille et que tu te fortifies.
La Sainte Vierge: Oui, Ma fille, Me voici près de toi, le Cœur déchiré de douleurs par tant d'offenses que l'on commet dans le monde. Ma fille, Je suis ici pour te donner un message: dis à ton père spirituel qu'il n'ait pas autant de doutes sur ce que J'ai dit au sujet du Corps de Mon Fils qui n'était pas consacré. Il peut arriver parfois que le Corps de Mon Jésus bien-aimé ne soit pas consacré, parce que le prêtre avec ses mains souillées par le péché, a perdu la foi en Mon Fils bien-aimé et n'a pas l'intention de consacrer, et pendant la Messe qu'il célèbre, il ne L'invoque pas, il ne pense pas à Lui, et Mon Fils ne descend pas; Il ne descend pas parce que le prêtre ne croit pas en Lui. Certains prêtres célèbrent la messe par routine, pour l'argent; alors dis à ton père spirituel de ne pas douter, car il y a des prêtres qui ne sont pas dignes de célébrer la Messe, ni de toucher le Corps Sacré de Jésus. Ils ne cessent de commettre beaucoup de péchés et Mon Fils en éprouve une douleur si intense. Il ressent dans Son Cœur les offenses commises par eux. [Note du webmestre de JesusMarie.com : si le prêtre n'a pas l'intention de faire ce que fait l'Eglise quand il dit la messe, l'hostie et le vin ne sont pas changés en Jésus (quand la messe est valide : son corps, son âme et sa divinité sont présents dans chaque hostie et même dans chaque parcelle d'hostie). Aussi vicieux que soit un prêtre, la messe est toujours valide, mais il faut qu'il ait l'intention de dire la messe : de faire ce que l'église catholique a toujours fait. Ce n'est que quand le prêtre ne veut pas faire ce que fait l'Eglise, que les hosties et le vins restent du pain et du vin et ne sont pas transustantiés en Jésus] Il en comble beaucoup de talents et ils
[les prêtres] se les approprient eux-mêmes, ils en tirent orgueil;
ils s'enorgueillissent, Ma fille, leur orgueil les remplit de vanité
et devient leur perdition. Car Moi, Ma fille, Je frappe continuellement
à la porte de leur cœur mais ils ne veulent pas M'accueillir. Ils
opposent de la résistance, Ma fille, ils résistent; c'est
pourquoi Je laisse agir la justice de Mon Fils. Mon
Fils les a créés sans leur volonté, mais quant à
eux, ils sont libres de se sauver ou de se condamner. Intercède
pour eux. Dites chaque jour cette invocation:
Ces douleurs intérieures, Ma fille,
offre-les pour eux tous ; si tu as besoin de quelque chose, demande-le
Moi. Ma fille, laisse-toi guider par ton père spirituel.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 25 DE NOVIEMBRE
DE 1981 (1)
EL SEÑOR:
Adiós,
hija, adiós.
LA VIRGEN: Sí, hija mía, ya me tienes aquí con mi Corazón destrozado de dolor por tantas ofensas hechas en el mundo. Hija mía, aquí me tienes para darte un mensaje; dile a tu padre espiritual que no tenga tantas dudas sobre lo que dije del Cuerpo de mi Hijo: que no estaba consagrado. Alguna vez acaso no se consagre el Cuerpo de mi amado Jesús, porque el sacerdote, con sus manos manchadas por el pecado, ha perdido la fe en mi amadísimo Hijo y no hace intención de consagrar, y durante esa Misa que está celebrando no le invoca, no está pensando en Él, no baja mi Hijo, no baja porque el sacerdote no cree en Él. Algunos de ellos celebran la Misa por rutina, por dinero; así que dile a tu padre espiritual que no lo dude, que hay algunos sacerdotes que no son dignos de celebrar la Misa ni de tocar el Cuerpo Sagrado de Jesús; que están constantemente cometiendo muchos pecados y mi Hijo tiene un dolor tan intenso... Siente en su Corazón las ofensas hechas por todos ellos. A muchos los colma de talento y ellos se lo apropian a sí y se engríen; se engríen, hija mía, su soberbia los engríe y se pierden por su soberbia; pues yo, hija mía, estoy llamando constantemente a la puerta de sus corazones y no quieren atender. Ponen resistencia, hija mía, se resisten; por eso dejo que actúe la justicia de mi Hijo; mi Hijo los creó sin su voluntad, pero ellos son libres de salvarse o condenarse; pide por todos ellos; rezad cada día esta invocación: “Jesús mío, por vuestro Corazón amantísimo, os suplico inflaméis en el celo de vuestro amor y de vuestra gloria a todos los sacerdotes del mundo, a todos los misioneros, a todas las personas encargadas de predicar tu divina palabra, para que, encendidas en santo celo, conquisten las almas y las conduzcan al asilo de vuestro Corazón, donde os glorifiquen sin cesar”. Esos dolores interiores ofrécelos por todos ellos; hija mía, cuando quieras algo, pídemelo. Hija mía, guíate de tu director espiritual. Los que están constantemente martirizando nuestro Corazón son los malos sacerdotes; ofrece cuanto hagas por ellos y díselo a tu padre espiritual, que tiene un mar de confusiones y de dudas. No son pruebas lo que te pasó ayer; son los signos de las llagas; sentirás los mismos dolores, pero no derramarás ni una gota de sangre; tienes que fortalecerte; nos quedan muchas misiones que cumplir todavía. Adiós, hija, adiós. [1] La grabación en audio disponible
es como un susurro apenas perceptible; por lo cual, el texto procede del
o. c., nº 1, pp. 28-29.
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11 décembre
1981
Amparo : Ah, ah, ah, mon Dieu ! Ah, ah,
mon Dieu ! Ah, quelle douleur ! Ah ! Ah ! Ah ! (Plaintes continuelles de
Luz Amparo).
Quand tu te sentiras affligée, Ma
fille, récite toujours cette prière.
La Sainte Vierge
:
Ma fille, par ta prière et celle de tous Mes enfants, faites que beaucoup d'âmes se sauvent; qu'elles ne se condamnent pas, car elles ne font pas cas de Moi. La miséricorde de Dieu est très grande, mais elles ne veulent pas se sauver. Les tourments qui s'approchent d'elles sont horribles. Explique ce que tu vois en ce moment: [Vision de l'enfer] Amparo : Je vois une planète obscure et marécageuse qui est pestilentielle; je vois beaucoup d'êtres abominables luttant les uns contre les autres, en train de blasphémer; ils sont embourbés jusqu'à la ceinture, maintenant ça sent le soufre, on entend des gémissements de tous côtés, c'est horrible" La Sainte Vierge: Oui, Ma fille, vois leurs visages défaits par les souffrances; on n'entend rien d'autre que des lamentations; vois, il n'y a ni forêt, ni rivière, il n'y a qu'obscurité et ténèbres. N'est-il pas triste de penser qu'ils se condamnent tous de leur propre gré ? Pense, Ma fille, que c'est pour cela que je les avertis constamment car Je ne veux pas qu'ils se condamnent. Mais ils sont ingrats, ils ne veulent pas en tenir compte. [Vision du Paradis] Vois, Ma fille, comme cette planète est différente, ces planètes sont distantes de la Terre, ce sont les demeures, sur lesquelles il y a la vie éternelle. Vois à quelle distance immense elles se trouvent par rapport à la Terre, regarde ces lacs aux couleurs immenses; vois ces âmes si pures; ces prés remplis de belles fleurs, ces arbres aux beaux fruits, comme tu n'en as jamais vu nulle part sur Terre. Je crois qu'il vaut la peine de souffrir pour jouir ici éternellement, Ma fille. Ne te relâche pas, Je te le dis à
nouveau, demande conseil à ton père spirituel, il te guidera,
c'est une âme choisie par Mon Fils et Mon Fils l'éclairera
pour te diriger.
Adieu, Ma fille. Priez
le Saint Rosaire tous les jours; méditez un instant chaque mystère.
II faut réciter les quinze mystères du Rosaire, car à
chaque Rosaire beaucoup d'âmes se sauvent.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 11 DE DICIEMBRE DE 1981 LUZ AMPARO: ¡Ay, ay, ay, Dios mío! ¡Ay, ay, Dios mío, ay! ¡Ay, qué dolor! ¡Ay, ah, ay, ah, oy...! ¡Ay, ay, ay...! (Quejas continuadas de Luz Amparo con expresiones semejantes). EL SEÑOR: No temas, adonde voy yo... Hija mía, sé que estás sufriendo, pero, como siempre te estoy diciendo: es preciso sufrir para salvar almas. Aquí estoy yo, y donde yo estoy está la cruz... Recibe esta cruz con todo respeto, hija mía, con todo respeto y amor por la salvación de tantas almas que están en pecado mortal. Ofréceselo al Padre Eterno; dile: “Padre Eterno, por la Pasión de tu Hijo, por lo que Él sufrió, por esos dolores tan inmensos, yo me uno a esa Cruz. ¡Oh Padre mío!, ¡oh Padre Celestial!, mira las llagas de vuestro Hijo, y dígnate recibirlas, para que las almas se abran a los toques de la gracia. Que los clavos que taladraron sus manos y sus pies traspasen los corazones endurecidos por el pecado. Que su Sangre los ablande y los mueva a hacer penitencia. Que el peso de la Cruz sobre los hombros de vuestro Divino Hijo mueva a las almas a descargar el peso de sus delitos en el tribunal de la Penitencia. Te pido, Padre Eterno, por todas esas almas. Por la Pasión de tu Hijo te ofrezco todos mis dolores. También te ofrezco, ¡oh Padre Celestial!, esta corona de espinas de vuestro amado Hijo; por estos dolores os pido por los sacerdotes: que su vocación sea más grande, que sean puros, que sean buenos hijos de Dios, dignos de consagrar los santos misterios de la Santa Misa. También te ofrezco lo que padeció tu Hijo amarrado a esa Cruz, su ardiente sed y todos los demás tormentos de su agonía por todos los pecadores, para que se arrepientan de sus culpas y para que por esa perseverancia que vuestro Hijo os rogó por los mismos que le estaban crucificando, y con esa humildad os pedía: «Perdonadlos, que no saben lo que se hacen», os ruego concedáis a todas las almas que tengan un gran amor al prójimo y que sean fieles a vuestro Hijo. Sí, Jesús mío, os lo ruego porque Jesús me lo pide”. Cuando te veas afligida, hija, reza siempre esa oración. Cuando te veas triste, encomiéndate a mi santísima Madre, que Ella te ayudará, hija mía. ¡Cuánto consuelo me das, hija, cuando cumples todos mis mandatos! Pídeme que te ayude, que yo te reconfortaré; date cuenta que el que más amo es el que más sufre. Déjate poseer por mí y consumir. Vive por mí y, por la salvación de las almas, ofrécelo todo. No olvides, hija, que las almas que yo escojo tienen que ser víctimas del dolor, pero vale la pena el sufrimiento y el dolor. Ayuda a salvar muchas almas, no consientas que se alejen de mí. No temas, yo no te pido nada más que buena voluntad; esfuérzate cuanto puedas para mostrar que me quieres. Date cuenta que yo te quiero muy pequeña, tan pequeña que puedas colocarte dentro de mí. Se están salvando muchas almas con el Rosario, seguid rezándolo con devoción, ofrécelo por la conversión de Rusia, porque Rusia es el flagelo de la Humanidad. Haz mucha penitencia, ofrécelo por Rusia. No mezcles políticas en mis doctrinas, no lo consientas, que nadie mezcle políticas en las doctrinas de Cristo; diles que Cristo no quiere políticas. Pide sufrimiento y pide amor, y que cumplan con los santos mandamientos. Eso es lo que pido. Pido sólo... Yo estoy con la Cruz constantemente para redimirlos a todos. Pero no me hacen caso, no hacen caso de los mensajes de mi Madre. Quiero que se arrepientan, que confiesen sus culpas, que pidan perdón; que estoy esperándolos con los brazos abiertos. No tengas miedo del enemigo; date cuenta que soy tu Rey, no temas a los enemigos. El enemigo está rabioso; date cuenta que se están salvando muchas almas; date cuenta que estoy aquí para defenderte. No temas, te sabré defender; quiero que seas muy pequeña con la humildad, la sencillez, la plenitud en la obediencia; es el aguinaldo que te voy a pedir: que seas humilde; es de la única forma que se puede salvar uno, con la humildad. Mira, hija, ofrece todo por la conversión de las almas; vamos a reparar juntos todas las ofensas que hacen constantemente los pecadores. Ponte de rodillas cuando te veas afligida y adora a la Majestad Divina tan despreciada de los hombres; haz un acto de desagravio y repite en cada momento: “¡Oh Dios, infinitamente santo! Me postro humildemente delante de vuestra Divina Majestad; os adoro, os pido por vuestro Divino Hijo, os pido por el Papa; también os pido que perdonéis a tantos pecadores que os ofenden”. Y ofrece toda tu vida y deseo en reparación de tanta ingratitud. Pide por el Vicario de Cristo; sé constante en tus oraciones; humíllate, pide por el Santo Padre; va a sufrir mucho; yo estaré con él hasta el último instante para recibir su sacrificio y su vida. El mundo está
al borde del precipicio; la masonería se ha metido en la Iglesia;
la sociedad está próxima a los más terribles castigos.
Habrá muchas muertes; habrá enfermedades; habrá grandes
guerras; rezad, que la oración lo puede todo, rezad mucho por la
salvación de las almas, por la salvación del mundo entero.
Adiós, hija, adiós.
LA VIRGEN:
Hija mía, cada día los humanos son peores. Los ministros de Dios, los obispos, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio se ha apoderado de ellos; han llegado a ser esas estrellas errantes que la vieja serpiente arrastrará con su cola para destruirlos. Dios permitirá a Satanás sembrar la división entre los gobernantes, las sociedades y las familias. Habrá muchas penas físicas y morales. Dios abandonará a todos ellos y mandará muchos castigos a todos ellos. Hija mía,
con tu oración y las de todos mis hijos haced que se salven muchas
almas; que no se condenen, que no hacen caso. La misericordia de Dios es
muy grande, pero no quieren salvarse. Los tormentos que se les aproximan
son horribles. Explica lo que ves en este momento.
LUZ AMPARO:
LA VIRGEN:
Mira, hija mía, qué distinto es este planeta; estos planetas están separados de la Tierra, son las moradas, sobre las que está la vida eterna. Mira qué separación hay tan inmensa de la Tierra; mira qué lagos tan inmensos de colores; mira qué almas más puras; mira qué prados más llenos de be... de bellas flores; mira qué árboles de bellos frutos, como jamás has visto en ninguna parte de la Tierra. Yo creo que vale la pena sufrir para gozar aquí toda una eternidad, hija mía. No te dejes —te sigo diciendo—, pide consejos a tu padre espiritual, él te dirigirá, pues es un alma escogida por mi Hijo y mi Hijo le iluminará para dirigirte. No tengas miedo, ya estaremos aquí para dirigiros a los dos. Mi Hijo y yo estamos constantemente sufriendo por la perversidad del mundo. No se dan cuenta que el tiempo se aproxima, y ellos no cambian. Hija mía, tu miseria no te debe desanimar, reconócela con humildad; pero no pierdas ánimo, pues ya sabes que, por tu miseria y por tu indignidad, mi Hijo Jesús ha puesto en ti los ojos. Mucha humildad, pero ten mucha confianza. Sufre, hija mía, y ofréceselo todo al Padre Eterno por la salvación del mundo. El mundo está en un gran peligro, diles a mis hijos que hagan más oración; que empiecen una nueva fase de su vida; que se marquen un horario para su trabajo y les dará tiempo a hacer oración; que ellos pueden ayudar a muchas almas; que hagan apostolado; que pidan consejo a algún sacerdote, que les aconseje de qué forma pueden hacer apostolado. Adiós, hija mía; rezad el santo Rosario todos los días; meditad un ratito cada misterio, es preciso que se recen los quince misterios del Rosario, pues en cada rosario se salvan muchas almas. Adiós,
hija; adiós, hija mía.
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18 décembre
1981
Amparo : Ah, ah, mon Dieu ! Ah, ah ! Jésus : Oui, Ma fille, Me Voici présent, comme chaque jour, dans tes douleurs, dans ces souffrances; mais aujourd'hui Je suis ici également pour te consoler et t'encourager à les endurer. Le monde va de mal en pis. Je ne
sais pas ce qu'il manque pour que les hommes se sauvent. Ils commettent
des crimes, des péchés d'impureté, des sacrilèges...
le monde est submergé par le péché. Pense qu'il n'y
a rien d'autre que perversité, il n'y a pas d'amour envers le prochain,
ils ne font pas cas des avertissements ; Je les préviens constamment
mais ils font la sourde oreille.
Pense, Ma fille, que la colère de Dieu le Père va bientôt éclater, car le Père Eternel est très fâché. Les hommes n'accordent pas d'importance aux avertissements et la coupe déborde; elle est pleine; elle déborde. Les évêques, les prêtres, les ministres du Christ négligent la prière dans l'Eglise. Il n'y a pas la foi dans l'Eglise. C'est pourquoi Je viendrai, envoyé par Mon Père Céleste, Je ferai un acte de justice et de miséricorde envers les justes. J'ordonnerai à Mes Anges de faire périr tous Mes ennemis. Soudain les persécuteurs de l'Eglise du Christ et tous les hommes adonnés au péché mourront. la Terre deviendra comme le désert. Alors ce sera la paix et la réconciliation entre Dieu et les hommes. Je serai servi, adoré et glorifié; la charité brillera de toutes parts; les nouveaux rois seront le bras droit de l'Eglise, laquelle sera forte, humble, pieuse, pauvre, zélée et imitatrice de Jésus-Christ. L'Evangile sera prêché partout et les hommes vivront dans la crainte de Dieu. Ma Sainte Eglise sera forte, humble, pieuse, pauvre, imitatrice des vertus de Jésus-Christ. Mais il faut prier, il faut beaucoup prier
pour que des occasions soient données à plus d'âmes.
Qu'elles demandent pardon de leurs péchés et qu'elles fassent
pénitence.
Amparo : Je vois le Seigneur au Jardin
des Oliviers. Le Seigneur est très triste, il est à
genoux et nerveux. Il se lève une fois, puis encore et encore, à
trois reprises. Il regarde vers le ciel, en implorant son Père Céleste.
il y a trois disciples à côté de Lui. Leur visage est
triste en voyant le Seigneur qui est très nerveux et qui souffre
beaucoup. Le Seigneur s'agenouille, les mains jointes, et prie le Ciel.
Le soleil commence à s'obscurcir. Le Seigneur continue de prier,
et le sang coule de Son front et de Son visage. il est vêtu d'une
tunique blanche allant jusqu'aux pieds. On voit le sang couler jusqu'au
dessous de sa tunique.
Il y a beaucoup de soldats avec Jésus. Un, deux, trois, quatre, cinq, six, sept, huit, neuf, dix, onze, douze...(coupure), seize, dix-sept, dix-huit, dix-neuf, vingt. Ensuite beaucoup d'autres le suivent, (les mots en italique sont quasi incompréhensibles) avec des tuniques très bizarres et des galons très brillants. Les galons allongent les tuniques, elles sont très brillantes. En ce moment il y a aussi quatre bourreaux ; ils attachent le Seigneur à une poutre. Ils Lui ont déjà enlevé tous ses vêtements. (Ensuite Amparo décrit, au
milieu des sanglots, la scène de la flagellation, mais la plupart
des mots sont incompréhensibles à cause de l'émotion
de la voyante et d'un enregistrement déficient. Ci-après
nous transcrivons ce que l'on peut entendre assez clairement).
C'est horrible ! Cela est horrible ! Comme
ma douleur est écrasante ! Ah, quelle douleur !
Prie aussi pour la conversion de la Russie.
La Russie se convertirait si les évêques satisfaisaient aux
desiderata du Père Céleste et entreprenaient une véritable
réforme dans le clergé car dans Mon Eglise, il n'y a que
de la politique et la politique détruit Ma religion catholique...
Parce que dans beaucoup de couvents, l'on détruit la Foi Catholique
et l'on n'en tient pas compte. Mais s'ils ne prennent garde, la Russie
sera une fois de plus le châtiment par lequel Dieu les punira sévèrement.
Ils ne font pas cas, ils aiment l'argent. Ils vivent comme le riche avare.
Offre la victime Divine au Père Eternel pour leurs âmes. Ces
douleurs servent à la purification de beaucoup âmes.
La Sainte Vierge
:
Publiez Mes messages partout dans le monde,
car Je suis en train de donner beaucoup d'avertissements. Des Prêtres,
des Evêques, des Cardinaux et la majeure partie du clergé,
vont sur le chemin de perdition et à cause d'eux, beaucoup d'âmes
sont en train de se condamner. Il faut prier pour eux. Offre ces deux
heures d'agonie pour eux. Dis-leur à tous de demander pardon au
Père Céleste qui les attend, les bras ouverts. Dis-leur
de prier chaque jour les trois parties du Rosaire, les quinze mystères;
qu'ils les offrent pour le salut des âmes, pour la conversion des
pécheurs.
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 18 DE DICIEMBRE DE 1981 LUZ AMPARO:
EL SEÑOR:
El mundo cada vez está peor. No sé qué hace falta para que se salven. Están cometiendo crímenes, pecados de impureza, sacrilegios..., el mundo está invadido de pecado. Date cuenta que no hay nada más que perversidad, no hay amor al prójimo, no hacen caso de los avisos; estoy avisando constantemente, pero cierran sus oídos. El Castigo está muy cerca. No sé de qué forma se va a purificar el mundo y mi Iglesia. Estoy dando muchas oportunidades y voy a arrancar de cuajo toda la mala hierba y preparar un renacimiento milagroso para el triunfo de mi misericordia. Daros cuenta que Dios Padre va a enviar dos castigos muy grandes. Uno en forma de guerra, revoluciones y peligros revolucionarios. Y el otro enviado por el Cielo: vendrá sobre la Tierra una oscuridad interna que durará tres días y tres noches. Nada será visible; el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente a los enemigos de la religión; durante los tres días de tinieblas, la luz artificial será imposible; sólo las velas benditas arderán durante todos estos días de tinieblas; los fieles deben permanecer en sus casas rezando el santo Rosario y pidiendo a Dios misericordia. Todos los enemigos de la Iglesia, visibles y desconocidos, perecerán en toda la Tierra durante esta oscuridad universal, con excepción de algunos que se conviertan. San Pedro y san Pablo intervendrán para elegir un nuevo Papa. Mira: se verá la Tierra envuelta en llamas, se hundirán numerosos edificios de la Tierra y el cielo parecerá que está agonizando. Millones de hombres morirán por el hierro; unos en guerra, otros en lucha, otros millones perecerán de muerte imprevista. Esto ocurrirá cuando parezca que la Iglesia ha perdido los medios humanos de hacer frente a la persecución. Date cuenta, hija mía, que la ira tiene que descargar muy pronto porque el Padre Eterno está muy enfadado. No hacen caso y el cáliz se está derramando, está lleno hasta el borde. Descuidan la oración en la Iglesia los obispos, los sacerdotes, los ministros de Cristo. No hay fe en la Iglesia. Por eso vendré mandado por mi Padre Celestial, haré un acto de justicia y de misericordia hacia los justos. Ordenaré a mis ángeles que todos mis enemigos sean muertos; de momento los perseguidores de la Iglesia de Cristo y todos los hombres dados al pecado perecerán; la Tierra quedará como en el desierto. Entonces será la paz y la reconciliación entre Dios y los hombres. Yo seré servido, adorado y glorificado; la caridad brillará por todas las partes; los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Iglesia, la cual será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa, imitadora de Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas las partes y los hombres vivirán en el temor de Dios. Mi santa Iglesia será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa, imitadora de las virtudes de Jesucristo; pero hay que pedir, hay que rezar mucho para que se den oportunidades a más almas. Que pidan perdón de sus pecados, que hagan penitencia. Tú, hija mía, sufre tu pasión, imítame; esos dolores salvan muchas almas; mira lo que sufro; mira qué cuadro de dolor; cuenta cómo lo estás viendo. LUZ AMPARO:
Hay varios soldados, lo cogen, lo amenazan con una espada. El Señor los mira con lástima y, entre los soldados, está Judas. El Señor le vuelve a mirar con una mirada de pena. Judas se pone delante de todos los soldados y le dice... (palabras en idioma extraño). Yo no sé lo que es eso, no lo he aprendido. Y los discípulos están allí, están muy enfadados, están gritando... (se escuchan varias palabras en idioma extraño). Yo no sé lo que quiere decir esto, no lo entiendo. San Pedro está al lado de Jesús y con una espada corta la oreja de un soldado. El Señor le dice: “¿Qué has hecho? Yo rogué a Dios, y es por ellos. Mete la espada en tu vaina. ¿No sabes que el que a hierro mata, a hierro muere?”. Entonces san Pedro le dice: “Rabí, si te han amenazado y te han dado con la espada...”. “Kefas, ponte de rodillas; sé piedra de... (palabra ininteligible) por ellos”. ¡Señor! Ha cogido la oreja y se la ha puesto al soldado... (1) (corte) están haciendo, que vuelve por la salvación de su alma... (corte). Esto le ha dicho el Señor a san Pedro... (corte). Hay muchos soldados con Jesús. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce... (corte), dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte. Luego vienen tras Él (2) muchos más, con unas túnicas muy raras, con cintas muy brillantes. Las cintas están alargando las túnicas, son muy brillantes. También en este momento hay cuatro verdugos; están atando al Señor a una viga. Ya le han quitado toda la ropa... (A continuación, Luz Amparo describe, entre llanto, la escena de la flagelación, pero la mayoría de las palabras no se entienden por la emoción de la vidente y deficiencias en la grabación. Trascribimos las que se escuchan con relativa claridad). ¡Es horrible! ¡Ay! ¡Es horrible...! (Palabras ininteligibles). En el cuerpo, en las piernas, en el pecho, está todo ensangrentado como un..., llorando... el Señor. Está en el suelo, maltratado, ensangrentado. Le ponen un hierro (así se entiende, aunque con dificultad) ardiendo sobre sus partes. Le dan patadas, le están escupiendo en la boca. Se hacen pis en Él. ¡Es horrible!
¡Esto es horrible! ¡Qué dolor tengo más fuerte!
¡Ay, qué dolor!
EL SEÑOR:
En otro momento, seguirás viendo toda la crueldad que hicieron conmigo. Ya sé que estás sintiendo esos dolores tan profundos, pero ofrécelos por la salvación del mundo; también ofrécelo por la conducta del clero y la relajación futura de los conventos; por todos mis sacerdotes; por los pecados de impureza que están cometiendo constantemente. Han descuidado la oración, tienen olvidadas las cosas de Dios; ellos, con sus oraciones, podían salvar muchas almas. También pide por la conversión de Rusia. Rusia sería convertida si los obispos atienden los deseos de su Padre Celestial y emprenden una verdadera reforma en el clero, pues en mi Iglesia no hay nada más que políticas, y las políticas destruyen mi religión católica... Porque en muchos conventos están destruyendo la fe católica, y no hacen caso; pero, si no hacen caso, Rusia será una vez más el castigo con que Dios los castigue fuertemente. No hacen caso, tienen amor al dinero. Viven como el rico avariento. Ofrece por sus almas la Víctima Divina al Padre Eterno. Esos dolores sirven para purificación de muchas almas. Este dolor que sientes es una centella del Corazón, que lo tengo traspasado por la ingratitud de tantos pecadores. Cuando lo sientas muy fuerte, cuida de ofrecerlo por esas almas que no quieren saber, que quieren condenarse por su propia voluntad. Hija, ofrece todo a mi Padre Eterno en unión de mis sufrimientos, de mi muerte en la Cruz, de los dolores de mi Madre; ofrécelo todo por la salvación del mundo. En unión mía, todos los días te daré dos horas de agonía; ofrécelas por los sacerdotes, que estoy constantemente sufriendo por ellos. No tengas miedo de sufrir; el sufrimiento es un tesoro que luego ese tesoro te lo recompensarán. Quiero que hagas mucha penitencia y que reces con mucha devoción. No dejes de recibir mi Cuerpo, que yo te confortaré. Tampoco dejes de pedir consejos a tu padre espiritual, que te dirija; ya parece que se le van quitando las dudas; yo le iluminaré para que te dirija, reza por él, que también lo va a necesitar mucho; pero cuanto más le persigan, cuanto más os calumnien, más cerca estáis de Dios. Daos cuenta de que yo vengo para sufrir juntos; yo he sufrido las calumnias, esas impurezas que hicieron conmigo, esas blasfemias. Y en un segundo podría haber destruido el mundo; pero no, no lo hice; quise redimir a la Humanidad, para que se salvasen todos; pero los ingratos me corresponden clavándome cada día y son unos desagradecidos; no quieren escuchar los mensajes; pide por ellos, que se salven todos. Adiós, hija, te echo la santa bendición. LA VIRGEN:
Hay que hacer mucho sacrificio y mucha penitencia. Hay que visitar mucho al Santísimo Sacramento, pues mi Hijo está muy triste y muy solo; pero antes hay que ser muy buenos. Díselo a todos: hay que confesar sus culpas; que se confiesen y se arrepientan; que lo hagan, que queremos que se salven todos. Si no lo hacen, vendrá un gran castigo para toda la Humanidad. Haz que se conozcan mis mensajes por cualquier parte del mundo, pues estoy dando muchos avisos. Los sacerdotes, obispos, cardenales y la mayoría del clero van, muchos, por el camino de la perdición, y por ellos se están condenando muchas almas. Hay que rezar por ellos. Ofrece estas dos horas de agonía por ellos. Diles a todos que pidan perdón al Padre Celestial, que los está esperando con los brazos abiertos. Diles que recen las terceras partes del Rosario, los quince misterios diariamente; que lo ofrezcan por la salvación de las almas, por la conversión de los pecadores. El mundo está en un gran peligro. Adiós, hija mía, sé muy humilde; no olvides que eres nada, que únicamente con la misericordia de Dios puedes ser algo; ten confianza. Date cuenta que nada puedes; déjate guiar. Da gracias a Dios diariamente. Adiós, hija mía. [1] A partir de aquí, y durante
unos minutos, se producen varios cortes en la grabación por motivos
que ignoramos. No se ha podido comprobar en el texto del o. c., pues no
contiene estos fragmentos.
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25 décembre
1981
Amparo : Ah, ah, Seigneur ! Ah, Mon Dieu ! (Amparo passe par des moments de douleurs intenses). Jésus :
Offre sans cesse tes actes d'adoration,
de réparation et d'amour pour le salut des âmes.
Tu ne sais pas, Ma fille, comme Je suis
consolée par ces âmes lorsqu'elles Me tiennent compagnie ;
elles ne se figurent pas à quel point Mon Cœur les aime.
Oui, Ma fille, quelle douleur J'éprouve
quand Je vois qu'il y a beaucoup d'âmes qui refusent Ma croix ! C'est
pourquoi nous devons souffrir les deux ensemble pour aider ces âmes
qui ne veulent pas s'approcher de Moi.
[Vision de
Jésus portant sa croix et maltraité par les soldats romains]
La Vierge arrive, Elle Le voit dans cet état ; La Sainte Vierge se serre la poitrine; la Très Sainte Vierge se sent mal ; deux femmes la soutiennent; la Vierge souffre beaucoup. On La pousse également. Elle tombe sur l'une des deux femmes. Le Seigneur La regarde et Lui dit : "Ma Mère, ne souffre pas". Quelle douceur immense ! Ah, quelle douceur ! Ah ! la Vierge Le regarde, les yeux grands ouverts ; le Seigneur ne peut pas La regarder, Ses yeux sont tels qu'Il ne peut les ouvrir; ils sont en sang. Quel visage ! Ah, Seigneur ! Quelle douleur j'éprouve ! Ah ! Le Seigneur continue à marcher avec la Croix, la Vierge Le suit derrière Lui ; "Il n'en peut plus", se disent entre eux les bourreaux," cet homme va mourir avant d'arriver au Calvaire". Alors ils appellent un homme qui sort de la foule et lui disent: "Combien nous prends-tu pour porter la Croix et aider le Nazaréen à La porter ?" Ah Seigneur ! Il s'appelle Simon, il a pris la Croix du Seigneur. Le Seigneur est retombé, on Lui crache encore dessus, on Le frappe. Le Seigneur regarde à nouveau Sa Mère ; Sa Mère Le suit en pleurant, soutenue par deux femmes. Ah, Son épaule est toute déchirée ! II regarde tout le monde; tous se moquent de Lui. Ah, quel supplice Lui infligent-ils, mon Dieu ! Ah, ah ! Ils Lui disent : "En voilà un Roi qui ne peut même pas venir à bout d'un madrier" ! Ah, Ah, je ne peux plus regarder ce spectacle ! Je ne peux plus le voir ! Ah, je ne peux pas Seigneur ! Notre Seigneur :
Ma fille, dis à tous les pécheurs de ne pas me fuir, qu'ils viennent tous, parce que Je les attends toujours comme le Père, avec les bras ouverts pour leur donner vie et une vie... (Paroles incompréhensibles). Et toi, Ma fille, sois forte, ne te laisse pas vaincre par l'ennemi. Comprends bien que Je t'ai choisie, et Je ne vais pas t'abandonner comme un jouet, pour laisser ce cruel ennemi faire et défaire. Je ne permettrai pas que Satan trompe Mes âmes choisies. N'aie pas peur, aie confiance en Moi, car Je suis ton Père et chez un Bon Père il n'y a qu'amour et miséricorde. Rends-toi compte que Ma Mère t'a aimée et t'a gardée et Moi aussi Je t'aimerai et Je te garderai toujours avec tendresse et miséricorde. Priez le saint Rosaire avec une grande dévotion. Le Rosaire a un grand pouvoir. Offre-le pour le salut des âmes. Récite-le avec beaucoup d'amour. Laisse-toi guider par ton père spirituel.
Lorsque tu seras dans l'affliction, demande-lui conseil, demande-lui de
l'aide, et il te la donnera.
Adieu, Ma fille, Je te donne Ma sainte bénédiction. La Sainte Vierge
:
retour à la table des matières MENSAJE DEL DÍA 25 DE DICIEMBRE DE 1981 (LA NATIVIDAD DEL SEÑOR) LUZ AMPARO:
EL SEÑOR:
No me dejes solo, date cuenta que hay muchas almas que me tienen olvidado, y hay tantas que se preocupan sólo de divertirse y no se preocupan de su alma; hasta mis propias almas escogidas me abandonan y me dejan solo días enteros; aunque las hablo, no quieren escucharme, porque su corazón está demasiado apegado a las cosas de la Tierra. Tú no sabes, hija mía, cuánto consuelo siento con esas almas cuando me hacen compañía; no se pueden figurar hasta qué punto las ama mi Corazón. Hay almas que son unas grandes pecadoras, pero se arrepienten y estas almas son las que verdaderamente llevan mi cruz. ¡Qué alegría cuando esas almas confiesan sus culpas y qué alivio siento sobre mis sufrimientos cuando veo que se arrepienten! ¡Esas almas que han pecado tanto, muchas son las que aman de veras! Sí, hija mía, ¡qué dolor tengo cuando veo que hay muchas almas que no quieren aceptar mi cruz! Por eso tenemos que sufrir los dos juntos para ayudar a esas almas que no se quieren arrimar a mí. Pide a mi Padre Celestial y dile cuando tengas esos sufrimientos: “Oh, Padre mío, Padre Celestial, os ofrezco estos dolores y estos sufrimientos y esta soledad para que te dignes perdonar y sostener a esas almas cuando pasen del tiempo a la eternidad”. Ya verás, hija mía; te doy esta cruz; verás qué sufrimiento; cuenta... LUZ AMPARO:
Viene la Virgen, le está viendo de esta forma; la Virgen se agarra el pecho; se marea la santísima Virgen; la cogen entre dos mujeres; la Virgen está sufriendo mucho. La empujan también; cae sobre una de las mujeres. El Señor la mira y le dice: “Madre mía, no sufras”. ¡Qué dolor más grande! ¡Ay, qué dolor! ¡Ay! La Virgen le mira con los ojos muy abiertos; el Señor no la puede mirar, tiene los ojos que no los puede abrir; los tiene ensangrentados. ¡Qué cara tiene! ¡Ay, Señor! ¡Qué dolor siento! ¡Ay! El Señor sigue andando con la Cruz, la Virgen sigue detrás de Él. “No puede más”, se dicen uno a otro de los verdugos; “este hombre va a morir antes de llegar al Calvario”. Entonces llaman a un hombre que sale de entre todos los que hay allí, y le dicen: “¿Cuánto nos cobras por llevar la Cruz, ayudarle al Nazareno a llevar la Cruz?”. ¡Ay, Señor!, se llama Simón, que ha cogido la Cruz del Señor; se ha vuelto a caer el Señor, le escupen otra vez, le dan golpes. El Señor mira otra vez a su Madre; su Madre le sigue, llorando, agarrada a las dos mujeres. ¡Ay, el hombro le tiene todo destrozado! Mira hacia todos; todos se están riendo de Él. ¡Ay, qué suplicio le están dando, Dios mío! ¡Ay, ay! Le dicen: “Vaya un Rey, que no puede ni con un madero”. ¡Ay, ay, yo no puedo ver más esto! ¡No puedo más verlo! ¡Ay, no puedo, Señor! EL SEÑOR:
(Palabra ininteligible)..., hija mía, diles a todos los pecadores que no huyan de mí, que vengan todos, porque estoy siempre esperándolos como el Padre con los brazos abiertos para darles vida y una vida... (Palabras que no se entienden). Y tú, hija mía, sé fuerte, no te dejes vencer por el enemigo. Tú comprende que te he escogido, y no te voy a dejar como un juguete, para que ese cruel enemigo haga y deshaga. No permitiré que Satanás engañe a mis almas escogidas. No tengas miedo, ten confianza en mí, que soy tu Padre, y en un Padre Bueno no hay más que amor y misericordia. Date cuenta que mi Madre te ha amado y te ha guardado, y yo también te amaré y te guardaré siempre con ternura y misericordia. Rezad el santo Rosario con mucha devoción. El Rosario tiene mucho poder. Ofrécelo para salvar muchas almas. Hazlo con mucho amor. Déjate guiar por tu padre espiritual. Cuando te veas afligida, pídele consejo, pídele ayuda, que él te la dará. No te resistas, no digas que no puedes más. Date cuenta que todos estos sufrimientos, con amor y ofreciéndolos al Padre Eterno, puede ser... (palabra ininteligible) la salvación de la Humanidad. No temas cada
vez que yo permita que sufras estas penas de dolor; acéptalas con
amor y agradecimiento. Date cuenta que, a pesar de tus faltas, te he preservado
de caer eternamente en el abismo del Infierno. Ten ardiente celo por la
salvación de los hombres. Ofrece tus sacrificios para darnos muchas
almas, pues date cuenta que es lo que más feliz me hace: la salvación
de las almas.
LA VIRGEN:
Adiós, hija mía. Rezad el santo Rosario todos los días con mucha devoción. Díselo a todos, que lo recen con mucho amor y que piensen, cuando lo recen, en cada avemaría, y en cada gloria, y en cada padrenuestro... (Palabras en tono muy bajo, que no se entienden). Y tú, hija mía, pon gran humildad para salvar almas, hija mía, y mucho amor. Déjate que mi Hijo haga lo que quiera de ti, pero sé humilde y pide a todos que tengan mucha humildad, que sin humildad no consiguen nada. También pide mucho por tu padre espiritual, porque también recibirá muchas pruebas. Adiós, hija mía. Adiós. |
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